Inundaciones

Los dramáticos momentos que estamos viviendo con las inundaciones no nos hacen olvidar que estas, además del furor de la naturaleza, conllevan el abandono, la falta de preocupación, la inoperancia de quienes nos gobiernan. No es que vamos a pretender impedir la llluvia, un imposible. Pretendemos canalizarla, desviar sus grandes volúmenes de agua antes de las ciudades, o lejos de ellas. Siempre algún daño habrá, pero no el reiterativo espectáculo que tenemos a la vista. Claro está que es más fácil y redituable políticamente repartir chapas y colchones, que de paso renuevan la obligación del pobre inundado, deudor consuetudinario de favores electorales que son estrictamente cobrados. Claro está que es más simpático hacer 93 festivales folclóricos anuales, uno por cada comuna, que 93 kilómetros de canales. Y duele decirlo pero si a eso le sumamos los miles de pesos donados al bolsillo de los legisladores bajo el impermeable manto de los “gastos sociales”. El edificio suntuoso, pleno de cristales y de sillones ultramarinos, que como algunas naranjas tienen mucha cáscara y hollejo pero dan escaso jugo, la desazón nos invade sin remedio. Viene al caso para nuestra castigada provincia la definición que diera Celso Furtado, famoso economista brasileño, sobre lo que es un país subdesarrollado. “Es aquel que gasta mal sus recursos, sean estos muchos o pocos”. Puede ser subdesarrollado un país rico, que prioriza los estadios a las carreteras, los espectáculos públicos a la enseñanza pública, el adorno a lo necesario, el lujo al sentido común. Esta enfermedad de “nuevo rico” que tiene auto pero no casa, TV último modelo pero baño sin terminar, manda centenares de ómnibus a Buenos Aires, cargados de rehenes, niños y ancianos, para fabricar actos políticos artificiales. Así transcurrieron nuestros últimos 12 años de vida provinciana. Se mejoró la salud, se pavimentó bien a veces, mal otras veces. Se hicieron los necesarios edificios escolares faltantes. Pero también se compraron cien resmas de papel por licitación pública, y mil casas por adjudicación directa. Pero en el fondo, las inundaciones lo revelan, la falta de agua potable lo grita, la falta de radicaciones industriales lo señala, no manejamos bien la cosa. Pensamos como subdesarrollados, pese a que durante 10 años sobre los 12, el dinero inundó, valga la coincidencia del término, nuestras arcas. ¿Se imagina el sufrido lector de esta carta, lo que hubiera hecho Celestino Gelsi con la cuarta parte del dinero que recibió esta administración? Nuestra Legislatura seguramente se reuniría en un local más modesto. Nuevo pero más modesto. No en uno cuyo costo desmadrado pasó de 30 millones iniciales a 200 y tantos. Por adjudicación amigable, por supuesto. Lo que vale, por ejemplo hacer el dique del Potrero de las Tablas, y dar agua potable a por lo menos 500.000 tucumanos. Otra oportunidad perdida. Del país y de nuestra patria chica.

Melitón Saldaño

Cejas de Aroca

Simoca


Inundaciones II

He observado con estupor y tristeza el producto de las inundaciones, sobre todo en el sur de la provincia. Este tema es recurrente en la época estival, cuando los registros pluviométricos exceden las marcas históricas y producen desborde de ríos y derrumbe de puentes. Pero lo peor es el efecto sobre la pobre gente, cuyas propiedades quedan inundadas por la corriente que destruye todo a su paso. Esto es tremendamente injusto y si existe un dedo acusador, debe ser apuntado hacia un Gobierno indiferente. Se necesitan obras de infraestructura adecuadas, por supuesto con erogaciones de dinero importantes. pero me pregunto: si estos casos son reiterativos ¿Por qué especular para demostrar la solidaridad con la gente, cuando se pudo prevenir este desastre? La ayuda material que después les llega nada puede remediar, ni el dolor que producen en cada ser humano que se vio afectado por este fenómeno. ¿O también se elucubra políticamente con los damnificados? Creo que los planes de ayuda superan a veces las erogaciones que se deben realizar para terminar con este gravísimo problema. .

Carlos A. Gianserra

cgianserra@hotmail.com


Inundaciones III

Por medio de la presente queremos agradecerles infinitamente la asistencia e inmensa ayuda que LA GACETA nos ha brindado. Tenemos familiares en Medinas, Tucumán, y desde anteayer no podíamos comunicarnos. Ante la desesperación de intentar con otros sitios, nos comunicamos con ustedes ayer y la señorita Carolina Stepanenco nos atendió, tomó nuestro pedido de ayuda y nos volvió a llamar con una solución. ¡Esto vale muchísimo! Por eso, los felicitamos y les aseguro que quedaremos eternamente agradecidos por la calidez con la que la señorita Carolina nos atendió y por la eficiencia que imprimió a nuestro llamado desesperado para darnos una respuesta. Asimismo, agradecemos al señor Rodolfo Casen en Concepción por su colaboración inmediata. Felicitaciones. Infinitas gracias.

Soledad Castro

scastrodelopezaramburu@hotmail.com


Nosotros y ellos

Cuando el Preámbulo de la Constitución expresa: “constituir la unión nacional”, “afianzar la justicia” y “consolidar la paz interior”, son los propósitos básicos e inmodificados que nos exhorta a todos los argentinos, a cumplirlos todo el tiempo. Acto seguido la Constitución dispone: Art 1º: “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republicana, federal”. Federalismo que en realidad nunca existió y hoy es un auténtico régimen unitario, sin autonomía ni autarquía de las provincias. Art. 22º: “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución”. En donde reconoce al pueblo como dueño del poder, que mediante el voto lo cede transitoriamente a los que lo van a gobernar, quienes están obligados a rendirle cuentas de su gestión, sin traba alguna. Mandato actualmente incumplido. Art. 93º: Al asumir sus cargos, las más altas autoridades de la Nación juran “desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina”. Deben cumplirlos gobernantes y gobernados. Sin embargo –entre otros-, el sistema republicano que exige la división de poderes hoy tampoco se cumple. Estos mandatos tan claramente definidos en la Constitución, me recuerdan lo ocurrido el 1º de mayo de 1958, cuando el doctor Frondizi asumió la presidencia y juró cumplirlos, ese día renunció al partido que lo llevó al poder “porque a partir de ese momento, era el Presidente de todos los argentinos”; o al doctor Alfonsín, quien asumió como Presidente el 10 de diciembre de 1983 y ofreció la presidencia de la Suprema Corte de Justicia a quien fue su rival en las elecciones, el doctor Luder (que no aceptó), pero de haberlo aceptado, gozaba de la potestad de juzgarlo y por ello seguramente no lo acusaría de destituyente. Esas decisiones, de auténticos demócratas, mostraron a ambos, estar consustanciados con la letra y el espíritu de esos mandatos. Hoy asombra y alarma que quien manifiesta ser la presidenta de los 40 millones de argentinos, refiere a sus seguidores como “nosotros” dueños del canto y la alegría y los que no piensan ni actúan de esa manera, como “ellos”, propietarios del silencio. Esto es ignorar el concepto de democracia representativa y el papel que debe cumplir en el alto cargo que todos los argentinos –la hayamos votado o no-, le hemos confiado, ya que con su actitud confrontativa, divisionista, discriminadora, y autoritaria, peligrosamente procura enfrentarnos. Lo que lamentablemente demuestra que no cumple como verdadera demócrata, el trascendente papel que le asignan los mandatos del Preámbulo y la Constitución, ya que siendo la Presidenta de todos los argentinos, debiera tratar de unirnos, participando con toda la ciudadanía, consensuando con los más capaces –sin distinción alguna-, ideas y proyectos para el crecimiento y desarrollo de la Patria común, así unidos, sumando esfuerzos y supervisados y controlados por el estado, construyamos la gran Nación que nos merecemos y es nuestro destino inexorable por sus inmensas riquezas naturales y sus valiosos recursos humanos, con el que soñaron nuestros próceres más esclarecidos.

Adolfo Valeriano Poliche

trancas_10@hotmail.com


Nosotros y ellos III

Mario Marigliano -ex rector de la destruida UNT, ex director del YMAD, ex senador de la UCR-, cuyos no docentes agredieron a los estudiantes en el Centro Cultural, califica de chabacana a nuestra Presidenta (carta “Discurso presidencial”, 7/3). Estos personajes de la “democracia”, incapaces de una autocrítica, enloquecen si a Cristina no la rozan agresiones de la Unión Democrática que como siempre tiene a la UCR de actora y la ven con impotencia, odio y envidia bailando con su Pueblo. ¿No entienden su felicidad? Un ejemplo: nuestro Himno Nacional Argentino era hasta el fin del neoliberalaismo (Menem-De la Rùa), entonado con timidez inaudible. Hoy en cada acto político o deportivo emociona escuchar la canción patria cantada, tarareada a viva voz por la muchedumbre que salta y se abraza con alegría y en paz. El kirchnerismo recuperó el perdido orgullo de ser argentino, logrando profundo cambio en las expectativas de gran parte de los argentinos. Eso no lo ve el que no quiere. En la pasada asamblea legislativa la Presidenta recordó las 48 leyes laborales que para felicidad de los trabajadores se aprobaron desde 2008 por su iniciativa. Con la reforma laboral (De la Rúa, Cavallo, Bullrich), se destapó la corrupción y falsa ética radical, con el descuento del 14% a trabajadores y jubilados. Marigliano pretende descalificar a Cristina como chabacana; ¿será él acaso delicado, elegante, fino y culto? Según mi interpretación de Jauretche: tilingo desmemoriado de traje y corbata permanente que reniega de su origen de clase y odia a todo lo que tenga olor a Pueblo.

José Alberto Villegas

josalbertovillegas@gmail.com


Nosotros y ellos III

“Así funciona la prensa. Uno dice una tontera y miles la repiten. No importa si es verdad o si es mentira, tampoco importa la fuente. Sólo vale el impacto” (Ezequiel Fernández Moores, LA GACETA 1/3). En situaciones donde la información tiene que ver con el bien común, es hora de que los comunicadores no se amparen en el secreto de la fuente. Se trata de la vida de personas. Los oyentes, lectores o televidentes tenemos el derecho a la verdad. Acerca de esta última, ¿los seguidores a marchas de “piqueteros pudientes” (jueces, fiscales, etcétera) las harán por trozos de pescado crudo (sushi), o caviar con champán? No creo. Defienden sus intereses, lo que no está mal. Eso sí, hay que transparentarse. En estos días, un precandidato a presidente de la nación, empresario que estatizó su deuda en el año 1982 y asistente a la marcha del 18 de febrero, electoralmente reivindica los postulados del peronismo. Para ese señor y otros candidatos opositores, y sus seguidores, que se amontonan gritando “¡hay que vencer al kirchnerismo!”, parafraseo una canción litoraleña: “van a tener que andar mucho para ganarle a Cristina y a sus sueños”. Recuerden que hay un pueblo que piensa y no querrá perder los derechos adquiridos. Con o sin ideologías, el asunto es: capitalismo privado inhumano o democracia con políticas de Estado. Ser o no ser. Digamos claramente de qué lado estamos y exhortemos al tenedor de la posición dominante a no pedir a sus contadores que “dibujen sus balances” o a sus abogados que busquen hasta encontrar incisos que embromen el artículo de una ley que deben respetar, y así llegará el “encuentro virtuoso”, fecundo, entre el trabajador y su patrón. Respecto de discursos, la Presidenta no mencionó palabras de reconocida intención desgastante. Para eso están los de las críticas negativas que se esmeran en hacerlo, usando relatos literarios o viletas humorísticas, sin hablar nunca de las innumerables leyes que otorgaron derechos y beneficios a los populistas. El presidente de la Corte Suprema inció el año judicial. Comenzó con un video donde se ven víctimas de la violencia: Soledad Morales, Marita Verón, Ferreyra, atentados, ecétera, y culminó con una foto del fiscal Nisman. ¿Quién fue su victimario? Da como cosa juzgada el atentado a la embajada de Israel y nadie sabe a quiènes condenaron. Un papelón. Dijo “se terminará la impunidad” y no anuló las cautelares que benefician a la SRA, a los diarios Clarín y la Nación, etcétera. No sea que se enoje Jorge Lanata y salga a escracharlo por su amistad con Alderete, aquel directox del PAMI allá por los años 90.

Hugo Vallejo

Manuel Estrada 3.850

San Miguel de Tucumán


Nosotros y ellos IV

Para un argentino como “ellos” no hay nada peor que un argentino como “nosotros”. Los argentinos no somos muy originales al jugar ese juego (anti) político del odio practicando la “dialéctica amigo-enemigo”. Ella intoxica nuestra convivencia: nosotros somos amigos, ellos son enemigos. Desde Caín matando a Abel venimos reproduciendo ese mismo esquema criminal del maniqueísmo que divide a los hombres en buenos y malos; el eje del bien, el eje del mal; nosotros los buenos, ellos los malos; nosotros amamos, ellos odian. Y el juego del odio es un juego mortal. Es un juego de suma cero: lo que “ellos” ganan “nosotros” lo perdemos, y viceversa. Esa reproducción mecánica y automática de nuestros odios –y todo odio es suicida, es mecánicamente autocorrosivo y autodestructivo- nos cierra el paso al único juego que nos permitiría liberarnos del milenario hábito de matar o anular al otro para vivir yo. Y la única fuerza de liberación política es vivir fraternalmente –con amistad política- la lucha política en aras de la verdad/justicia, comprometiéndonos en la consecución del Bien Común. Bien se dice en tal sentido que “la patria es el otro”; lo que significa que la patria no soy yo. En estos momentos agónicos y cruciales que vive la Argentina, el desafío ético-político es el mismo de siempre: fratricidio o fraternidad; matar al hermano o convertirse en el guardián del hermano. La encrucijada en la que se encuentra nuestra joven democracia saldrá airosa de este trance si aprendemos a sentir y a vivir que la patria muere cada vez que nos dividimos en “ellos” y “nosotros”. La patria, diría don Miguel de Unamuno, somos nos-otros.

Ramón Eduardo Ruiz Pesce

Reruizpesce2@gmail.com


Falta de agua en Amaicha

Hace tiempo la señora Teresa R. Nieva de Los Zazos informó en LA GACETA sobre la falta de agua en el lugar (carta “Falta agua en Amaicha”, 6/2). Nace de vertientes en El Infiernillo y recorre por canales de piedra a cielo abierto que siempre necesitan reparación hasta la represa de Los Zazos. El sol implacable produce evaporación y disminuye su caudal. Continúa con este sistema hasta la represa de Amaicha, ya mermado su volumen. Se gestionó su entubamiento y se concretó con las autoridades. Pero no pasó nada. La disminución de agua de riego tanto en Los Zazos como en Amaicha produce la sequía de las plantaciones frutales. Desde la represa continúa el agua por acequias hasta la plaza y llena depósitos grandes y profundos, y desborda el agua por el pavimento. Se pensó en la construcción de otros depósitos arriba, para frenar la pendiente que existe y hacer mejor limpieza de los canales. El incremento de plantaciones de vides con riego por goteo y la concreción de bodegas para la elaboración de vino obliga a que se haga un estudio responsable sobre el agua de riego. El líquido de consumo para el centro de Amaicha provisto por el motor de la plaza llega con mucho salitre, que produjo serias averías en las instalaciones de cocina y baños de las familias, Años atrás consulté en el Sepapys en la ciudad y me dijeron que el motor trabajaba ya sobre napas de salitre y que se debía tratar el problema. Desconozco si se trabajó en este asunto. Agradeceré la intervención oportuna en esta problemática.

Adela Román

E. Padilla S/N

Amaicha del Valle


Motos e inseguridad

Es harto sabido que las motos son el vehículo perfecto para cometer delitos. En especial a las mujeres que las golpean sin más no poder. Por supuesto que las autoridades viven en un termo lleno de custodios, por lo tanto creen que Tucumán es casi como el paraíso. No hay lugar en nuestra ciudad que sea medianamente seguro. Todos saben, y la policía también, que los lugares más vulnerables son las paradas de colectivos; sin embargo son zonas liberadas, en especial en los barrios. Hay que terminar con el tema de las motos de una vez por todas estableciendo normas que limiten su uso, como en otros países, generalizando el uso de cámaras de seguridad y penas concretas para los que cometan delitos de esta manera; por ejemplo, la prisión preventiva que se perdió en el laberinto de la discusión garantista de época, sin reparar en el derecho de las personas. Hay que decirlo de una vez: el que es delincuente va a seguir siéndolo en su gran mayoría y no es un problema de pobreza o desigualdad. Cualquier hombre que delinque arriba de una moto lo hace porque le reporta un mejor botín que andar con una bordeadora cortando el pasto. Esta delincuencia sólo es posible si las autoridades no hacen nada serio. Los resultados están a la vista.

Rosa Aguirre

aguirrer2009@gmail.com


Inteligencia

El concepto de la palabra inteligencia deriva de la expresion latina interlegere que significa “leer entre líneas”. En mi carta del 3/3, sobre conceptos del mal usado verbo creer, en mi primer párrafo dejaba claramente establecido que no se debe objetar en absoluto y como tiene que ser, aquello de creer en Dios, que siempre debe respetarse; y ahora aclaro que no era necesario ser muy inteligente para entenderlo asi. Sí decía, además, que utilizar este verbo para expresar conceptos no demostrados o no fundamentados no es correcto, desde que puede llevar a interpretaciones completamente alejadas de la verdad. Tampoco utilizaba palabras en inglés para simular sapiencia. Los ejemplos que ponía sobre Angeles, Debbo y Nisman (y créame, habría muchísimos más) eran sólo para mostrar cómo, sin fundamentos, se llenan páginas de diarios, revistas, horas de TV o radio, alejándose de la verdad estricta y en muchos casos con inocultables intenciones. Las preguntas que se hace le lector Mario Ricci (carta “Caso Nisman III”, 9/3) las debería hacer en el lugar correspondiente puesto que no se condicen con lo que yo expresara, por lo que me permito sugerirle que relea la carta de mi autoría. Los jueces y fiscales que deberían administrar justicia, en la marcha del 18 salieron a pedirla y serían comparables a policías que salen a pedir seguridad o médicos que piden salud, en una conducta elusiva de sus responsabilidades. En ciencias nos manejamos siempre con el Método Científico: a) observación. b) hipótesis. c) demostración que puede ser repetida por otros investigadores, y finalmente d) se expresan los hallazgos en una ley o paradigma. En ciencia no intentamos descalificar a nadie, y salvo manifiesta falsificación de datos, el o los autores se descalifican a sí mismos. Entiendo que el espacio cartas de lectores fue pensado para expresar conceptos que se pueden compartir o no, pero nunca para intentar descalificar o agraviar a quienes piensan distinto.

Federico Vázquez

fedevazqueztuc@gmail.com