Esta noche se sabrá si 2015 es el año de las comedias para la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de EEUU o si se mantiene la costumbre de privilegiar los dramas, sean inspirados o no en la vida real.

La 87 ceremonia de entrega de los Oscar en Los Angeles tendrá como condimento especial para los argentinos la firme posibilidad de que creadores de nuestro país se alcen con alguna estatuilla. Hay dos posibilidades: la de mejor película de habla no inglesa (categoría más popularizada con el nombre de película extranjera), en la cual disputa “Relatos salvajes”; y mejor guión original, donde figuran Armando Bo (nieto) y Nicolás Giacobone como coautores de “Birdman (o la virtud de la ignorancia)”, junto al mexicano Alejandro González Inárrritu y el norteamericano Alexander Dinelaris.

En la previa, los escritores de “Birdman” corren con ventaja, ya que vienen obteniendo los principales premios a esa categoría en los últimos festivales internacionales (salvo el británico Bafta, que fue para “El gran hotel Budapest”); en cambio, “Relatos...” ha logrado un férreo reconocimiento del público que se sintió identificado con los personajes y sus historias, pero no tanto de parte de la crítica, que ha preferido casi unánimemente a la polaca “Ida”, la gran favorita en este rubro donde hay cinco opciones (ver “Rivales de peso”).

Una obra coral
La película de Damián Szifrón es una sucesión de seis relatos que sólo están conectados entre sí por protagonistas que sufren presiones, atropellos, agresiones y humillaciones hasta el punto que explotan con reacciones violentas, cargadas de venganza. La obra coral cuenta con un elenco integrado por muchos de los mejores intérpretes del país, entre ellos Ricardo Darín, Oscar Martínez, Rita Cortese, Julieta Zylberberg, Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas y Darío Grandinetti.

El filme fue estrenado con gran repercusión de público el viernes en EEUU. Formalmente, es una coproducción entre la Argentina y España: el 70% del dinero lo aportó Hugo Sigman a través de su productora Kramer & Sigman Films, y el resto, la productora El Deseo, de Agustín y Pedro Almodóvar (en Argentina fueron coproductores Telefe, Corner y Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical).

La lista de los grandes candidatos a los principales premios la coencabezan “Birdman” y “El gran hotel Budapest”, favoritas con cinco postulaciones cada una. Una menos tiene “El código Enigma”, mientras que con seis nominaciones figuran “Boyhood” y “Francotirador”. Salvo el último, en el resto de estos casos figuran tanto para mejor película como mejor director.

En cinco categorías aparecen “Whiplash: música y obsesión”, “La teoría del todo”, “Interestelar” y “Foxcatcher”. “Mr. Turner”, con cuatro postulaciones; “Inquebrantable”, con tres; “Selma”, “Puro vicio”, “Guardianes de la galaxia” y “Alma salvaje”, con dos; y “Siempre Alice” y “Perdida”, con una cada una, entre otras, figuran también entre las candidatas en diferentes rubros.

Los Oscar miden 35 centímetros, están recubiertas de oro y pesan cuatro kilos. Representan a un hombre apoyado en una espada y sobre un rollo de película. Si bien son los trofeos cinematográficos más codiciados, si un ganador intenta canjearlos por dinero, la Academia sólo le paga un dólar. En un remate, el mayor precio pagado fue de U$S 1,5 millón, cuando Michael Jackson compró el de “Lo que el viento se llevó”.

Rivales de peso

“IDA”
LA GRAN CANDIDATA LLEGA DE POLONIA

El director polaco Pawel Pawlikowski planteó un conmovedor drama que, desde el año pasado, viene logrando los principales premios en los certámenes internacionales (Varsovia, Goya, Londres y Toronto, entre otros), por lo que es la mayor candidata al Oscar a mejor filme en lengua no inglesa. “Ida” tiene el extra de que también está nominada en el rubro fotografía por sus enfoques austeros en blanco y negro, pensados para estar al servicio de la historia que se cuenta, y de que cuenta con las sólidas actuaciones de Agata Kulesza y de Agata Trzebuchowska. El relato se data en 1960 y se centra en una joven a punto de convertirse en monja católica que descubre el pasado judío de su familia; a partir de allí se abre un mundo de búsquedas dolorosas, conflictos con sus parientes y el debate sobre cómo cerrar las llagas que dejó el nazismo y la Segunda Guerra Mundial.

“LEVIATHÁN”
CONFLICTO POR LA CORRUPCIÓN

Ganadora del Globo de Oro y del premio al mejor guión en Cannes de 2014, entre otros reconocimientos, “Leviathán” narra la lucha que encara el dueño de un pequeño taller mecánico en un pueblo del norte de Rusia contra el alcalde del lugar, el corrupto Vladim. Las aspiraciones de Kolia son simples: conservar su casa y su lugar de trabajo a orillas del gélido Ártico porque lo considera el lugar adonde pertenece. Su nombre refiere al Libro de Job, que guía distintos momentos de la historia aunque en clave contemporánea. El director Andrey Zvyagintsev (nació en Siberia hace 50 años) se enfrentó con las autoridades moscovitas, y es considerado una crítica elíptica al autoritarismo del actual Gobierno de Vladimir Putin. Desde sectores del oficialismo aseguran que su éxito internacional es una suerte de venganza a la participación rusa en la guerra de Ucrania.

“TANGERINES”
HUMANISMO EN MEDIO DE LA GUERRA

La guerra es un territorio donde el horror se hace presente en forma casi natural. Pero en medio de la devastación, surgen también rastros de humanidad en estado puro y hay una vida subyacente que enfrenta las balas. Es lo que le pasa al estonio Ivo, interpretado por un sólido Lembit Ulfsak, quien en medio del conflicto entre Georgia y Abjazia de 1992 (tras la disolución de la Unión Soviética), se queda con su amigo Margus en su plantación de mandarinas para cosecharlas y compartirlas con dos soldados enemigos heridos, a los que alberga y contiene en medio de la huída de sus compatriotas. El relato transcurre entre las escenas de violencia y los momentos del silencio introspectivo, entre el tiempo de la oscuridad y el de la esperanza, con el pulso dado por el director Zaza Urushadze. En esa guerra hubo más de 10.000 muertos y unos 300.000 desplazados.

“TIMBUKTÚ”
UN TERROR COTIDIANO

Cuando el terrorismo islámico genera temor, “Timbuktú” logra una candidatura al Oscar con indudable peso político. Centrada en la ciudad de Mali, designada Patrimonio de la Humanidad por la ONU como espacio difusor del Corán, aborda la historia de la resistencia de un simple pastor frente a un grupo armado que toma el lugar en 2012 (hecho real protagonizado por una milicia vinculada a Al Qaeda) e impone una serie de prohibiciones y obligaciones. “Hablar o mostrar la violencia de una manera muy espectacular la hace más común y por lo tanto aceptable -dijo el director mauritano Abderrahmane Sissako-. Todo es más difícil de comprender cuando uno está comprometido con gente que es como nosotros, que se ve como nosotros”. El filme, con financiamiento francés, despliega escenas de cómo se desarrolla implícitamente la opresión en la vida cotidiana.