No fue más que una pequeña publicidad para un batido dietético, pero ese corto cambió la vida de Tippi Hedren para siempre. El director británico Alfred Hitchcock vio el anuncio en 1961 y, de inmediato, ofreció a la modelo rubia que hasta ese entonces había tenido sólo pequeños papeles, un contrato de siete años y el papel principal en su película “Los pájaros”.

Aquella cinta de terror en la que las aves atacaban a las personas se convirtió en un clásico y Hedren, en poco tiempo, en superestrella. Pero Hitchcock la veía como algo más que su musa. Y cuando su rubia favorita dejó en claro su “no”, el cineasta se vengó. “Dijo que arruinaría mi carrera”, contó Hedren años después. “Y lo hizo”.

Hitchcock rechazó decenas de pedidos de otros directores y no le permitió abandonar su contrato. “Era un hombre muy malo. De no haber arruinado mi carrera, hoy sería una gran estrella”, añadió.

Hedren, que hoy cumple 85 años, sigue actuando en pequeños papeles en cine y televisión, pero nunca más volvió a hacerse un verdadero hueco en Hollywood. Su nombre ha caído en el olvido. Su hija, Melanie Griffith (“Secretaria ejecutiva”) e incluso su nieta, Dakota Johnson, que en breve estrenará “Cincuenta sombras de Grey” son ahora actrices más conocidas que Hedren. Hace poco, confesó al diario británico “The Guardian” que no haber podido reflotar su carrera era una de las mayores desilusiones de su vida.

La difícil relación entre Hitchcock y Hedren quedó plasmada en un libro que en 2012 fue llevado a la pequeña pantalla con Sienna Miller en el papel principal, lo que volvió a poner en el candelero brevemente a la actriz nacida en 1930 en el estado de Minnesota. Actualmente vive retirada en California y se dedica a otra de sus pasiones: la protección de felinos grandes. En la reserva fundada por ella en California, “Shambala”, viven unos 60 tigres, leopardos y leones rescatados del abandono o el maltrato.

La actriz, que también protagonizó “Marnie”, de Hitchcock, nunca perdonó al maestro del cine fallecido en 1980, pero de algún modo alcanzó la paz. “Arruinó mi carrera, pero no mi vida”, dijo hace poco al “New York Times”. “Y sigo admirándolo por lo que era”.