El árbol del olivo es el símbolo.

El líder espiritual es el mismo Papa Francisco.

Los niños son la clave de este movimiento mundial de Scholas Ocurrentes o Escuela del Encuentro.

José María del Corral habla sin apuros, sonríe y cierra los ojos cuando piensa cómo le cambió la vida en estos años. Nunca imaginó que esa propuesta de renovar la educación que le hizo a Jorge Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires se iba a convertir en un movimiento mundial. Él, un maestro de escuela, un ex seminarista que no quiso convertirse en sacerdote es el coordinador mundial de la Red de Scholas Ocurrentes. “Cuando Bergoglio me convoca en el arzobispado me pide que hiciera algo distinto en la educación. Yo comencé a juntar chicos de diferentes religiones y condiciones para mostrarles que el encuentro y la unión eran posibles”, cuenta. Corral había estado trabajando como seminarista en la villa 1, 11.14, en el Bajo Flores porteño y luego se había involucrado como maestro y preceptor.

Bergoglio lo conocía y le encomendó la tarea de crear un proyecto que transformara las escuelas y sacudiera el modelo educativo que el ex arzobispo de Buenos Aires veía agotado. Esa experiencia que comenzó en Buenos Aires entre 2002 y 2003 a través de una red de vecinos se transformó en un desafío mundial el mismo día que Bergoglio se convirtió en Francisco.

“Cuando a este hombre lo hacen Papa me fui a Roma con mi guardapolvo blanco”, recuerda Del Corral. Terminó sentado a metros de Francisco en la explanada de la Basílica de San Pedro durante la misa de asunción del Pontífice argentino. “No me imaginaba que en mi vida iba a venir un tiempo de incertidumbre y alegría. Me pidió que hiciera lo mismo que venía haciendo en Buenos Aires, pero ahora en todo el mundo”.

Hoy suman 375.000 escuelas comprometidas con el cambio que propone el Papa. Scholas Ocurrentes trabaja con tres pilares: la educación, el deporte y la cultura. Son herramientas para llegar a los niños y darles la posibilidad de cambiar el mundo.

Ayer se cerró el año de las Scholas con la firma de un convenio multisectorial en el teatro San Martín. Participaron autoridades de Educación provincial, de la cultura y el deporte, alumnos de escuelas y colegios, y representantes de todas las religiones. Todos se comprometieron a generar proyectos que cambien el paradigma de la educación formal.

Movilizante

¿Por dónde empezar cuando se trata de trabajar en todo el mundo? “Me contacté con la organización Forever que, a través del deporte, estaba trabajando con las maras (pandillas) de El Salvador”, relata. Del Corral pidió que lo llevaran a vivir con una de esta Maras. “Me interné en la Mara 18 y recuerdo que un día me llevaron en un auto con los ojos vendados al encuentro de los líderes de esta pandilla. Me querían entregar una carta para Francisco. Uno me dijo: ‘Mire, profesor, creemos en este hombre y lo que nosotros vivimos no lo deseamos para nuestros hijos’”, recuerda.

Esa experiencia y la vez que habló con una niña de 16 años que estaba en una prisión de El Salvador fueron momentos que lo marcaron. “Estaba aislada. Me miró y me pidió que le dijera a Francisco que visitara su casa y que le dijera a sus hermanos que no hicieran lo mismo. Sus ojos parecían los de una mujer de 70 años”, agrega. Inmediatamente, este maestro dice: “nos estamos matando”.

Estas experiencias afianzaron la idea de que la educación debe ser la salida. “No se trata de armar más depósitos de niños, sino otro tipo de experiencia de aprendizaje”. Las Scholas Ocurrentes funcionan como una red que vincula establecimientos de todo el mundo a través de una plataforma virtual. Hay chicos de un país enseñándoles su idioma a otros. “Se trabaja mucho con el medio ambiente y con la tecnología porque hoy los chicos son tecnológicos”, comenta.

Cada vez que se suma una institución se planta un olivo que simboliza la Paz mundial. “Las escuelas de hoy nada tienen que ver con los chicos. Van en contra de lo que les interesa y si no se adaptan los medican, los tildan de hiperquinéticos, los señalan”.

Del Corral contó que Bergoglio le pidió a 10 empresas de tecnología que diseñen aulas acordes a los chicos. Medio ambiente, plataformas virtuales que facilitan el intercambio, deporte, creatividad, expresión sintetizan el espíritu de las Scholas. “El deporte va con los libros, nunca por separado. Además, enseña el trabajo en equipo. El arte le pone palabras a lo que los chicos sienten. Sin arte hay adicciones”, remarca.

La próxima Schola que se abrirá será en Mozambique -adelantó Del Corral- donde además de educación se hará un intenso trabajo de salud. “Hay muchos niños con HIV, por eso hicimos un convenio con Médicos sin Fronteras para que colaboren”.