Una testigo que estuvo secuestrada en el "pabellón de la muerte", que funcionaba como un centro clandestino de detención en la cárcel de Villa Urquiza, durante la dictadura, hizo un estremecedor relato de las condiciones en las que estaban los presos y los abusos a los que eran sometidos, en especial las mujeres.

"Las violaciones no eran un exceso, eran una política cotidiana", dijo L.F. ante el tribunal que preside Carlos Jiménez Montilla.

También contó que vio que se tiraban cadáveres en fosas comunes de un cementerio de la Banda del Río Salí, y que había unas 30 mujeres detenidas, con una decena de niños.

El comienzo de la audiencia por la megacausa "Villa Urquiza" se demoró esta mañana, porque uno de los imputados, Heriberto Albornoz ("El Tuerto"), no llegaba al tribunal.

Sobre Albornoz ya pesan cuatro condenas a cadena perpetua, entre ellas, por secuestros, torturas y homicidio en la causa Arsenales-Jefatura de Policía, que se sustanció el año pasado. El jueves pasado, la Cámara de Casación resolvió otorgarle el beneficio de la prisión domiciliaria, donde está con custodia policial.

Para hoy está previsto que declaren tres víctimas, mediante videoconferencia, desde Buenos Aires.