Ema heredó los pulmones de su padre, Juan Fuentes, el cantante de Los Huayra. La bebé de apenas un mes (hermana menor de Ciro, de sólo dos años y dos meses) se hace escuchar de fondo de la entrevista telefónica que le realiza LA GACETA al músico. Está de vuelta en su Salta natal y prepara los últimos recitales de presentación de “Vivo”, el sexto y último disco, estrenado el año pasado.

La historia de esta producción comenzó y terminará en Tucumán, con el recital que el grupo dará esta noche en el teatro Mercedes Sosa. Luego Fuentes, Juan José Vasconcellos, Sebastián Giménez, Luis Benavidez, Álvaro Plaza y Hernando Mónico se abocarán a otro proyecto grupal, sea donde sea que los lleve el viento (significado de la palabra huayra en quechua).

“Es una alegría muy grande volver a estar con el público tucumano. La primera vez que mostramos ‘Vivo’ fue en el club Floresta, pero ahora tendremos un marco completamente diferente, en un teatro que está llamado a ser un símbolo en la historia de la cultura. Estamos muy contentos de poder participar de ese espacio”, afirmó.

- ¿Será el último show de ese disco?

- Sí. Hace pocos días estuvimos en el teatro Ópera de la Capital Federal y un día antes de Tucumán tocamos en Catamarca. Ya le damos el cierre a esta producción, que la grabamos en un estadio sin butacas, en un entorno más parecido a un recital de rock.

- ¿Este cierre significa abrir una nueva etapa?

- Exactamente; ya estamos en la preproducción de un disco que va a salir el año que viene. Nuestro estilo empieza por el folclore, pero va por todos lados, con el impacto de la música latinoamericana. Pero nosotros siempre vamos a estar más cerca de la zamba que de cualquier otro ritmo.

- De hecho, el sonido de Los Huayra no es el tradicional del folclore...

- Siempre tuvimos como idea priorizar la música argentina, más allá de los instrumentos que utilicemos o los arreglos y adornos que le pongamos a las canciones al momento de vestirlas. Nos importa mucho más la esencia de lo que se está diciendo y la manera en que lo estamos haciendo. El folclore va a sonar siempre folclore, porque somos cuatro voces supersalteñas y eso no va a cambiar. Es a partir de allí que comienzan a sonar las otras influencias, como la batería, el teclado, el bajo y las guitarras eléctricas. Estamos mezclando todas las influencias de estos años, sin dejar de lado nuestra identidad.

- ¿Qué tema será el emblema del próximo CD?

- Todavía no lo tenemos decidido; por suerte tenemos unas 20 canciones nuevas que las vamos macerando de a poco para darle forma y que la versión final sea lo más parecido a lo que tenemos en la cabeza. Queremos que la canción que haga punta se vaya decantando sola.

- ¿En los recitales prueban temas nuevos con el público, para ir testeando la reacción?

- En algún momento lo hemos hecho, pero no en los últimos discos. Ahora preferimos mejorar las versiones, y hasta tanto no tener una lista de estudio, no la presentamos. Puede pasar, cómo no; todo tiene que ver con el encuentro que tengamos con la canción.

- ¿Les gustaría hacer más festivales?

- Sí, aunque nuestro perfil musical tiene que ver tanto con los festivales como con otras propuestas y contextos. Por ejemplo, con recitales de rock, como La Rioja Fest o presentaciones con Divididos, Los Tipitos o Tan Biónica. Siempre tuvimos una suerte de franela con los otros géneros. Comparativamente, si nos ponés al lado del Chaqueño Palavecino, él será más festivalero que nosotros.

- ¿Se complica la cuestión familiar con tanto viaje de por medio?

- Bastante; esta profesión te da y te quita. Acabamos de llegar de una gira por el sur, que fue enorme, y ya estamos pensando en la siguiente. Nos toca viajar mucho, recorrer el país y la distancia y los días son muchos. Tratamos de aprovechar al máximo cuando estamos en Salta, y de priorizar la calidad antes que la cantidad para disfrutar de las cosas lindas que te da la familia.