El papa Francisco cerró el Sínodo de Obispos sobre la Familia en una ceremonia en la que beatificó a Pablo VI, que fue el papa que instauró este tipo de consultas en la Iglesia Católica. En su homilía, en la plaza de San Pedro, el Santo Padre renovó su llamado a la misericordia y a no tener miedo a los cambios, tras dos semanas de debate. El sínodo no se proponía iniciar reformas, sino alentar la reflexión sobre distintos puntos de la familia, entre ellos la actitud que debe tomar la Iglesia ante realidades como el matrimonio igualitario y la divorciados y vueltos a casar. La discusión continuará el año próximo en el sínodo ordinario.

Entre los asistentes a la misa estuvo el papa emérito Benedicto XVI, a quien Francisco saludó al inicio de la ceremonia. Joseph Ratzinger fue nombrado cardenal por Pablo VI.

En la misa participaron miles de personas que estallaron en aplausos cuando el Papa proclamó la fórmula que convierte en beato a Giovanni Battista Montini. El nuevo beato estuvo al frente del Vaticano entre 1963 y 1978 y contribuyó a grandes reformas, sobre todo al concluir el Concilio Vaticano Segundo que había iniciado su antecesor Juan XXIII, proclamado santo en abril pasado. Una reliquia del beato presidía la ceremonia. Era una caja con una camiseta ensangrentada que llevaba Pablo VI cuando sufrió un atentado con un arma blanca en el aeropuerto de Manila en 1970.

Francisco citó unas palabras de Pablo VI cuando instituyó el sínodo de 1965 : “Después de haber observado atentamente los signos de los tiempos, nos esforzamos por adaptar los métodos de apostolado a las múltiples necesidades de nuestro tiempo y a las nuevas condiciones de la sociedad”. Y después dijo: “Dios no tiene miedo de las novedades”. “Por eso, continuamente nos sorprende, mostrándonos y llevándonos por caminos imprevistos. Nos renueva, es decir, nos hace siempre ‘nuevos’”. “En eso reside nuestra verdadera fuerza, la levadura que fermenta y la sal que da sabor a todo esfuerzo humano contra el pesimismo generalizado que nos ofrece el mundo”, añadió.

A partir de ahora la Iglesia celebrará al beato el 26 de septiembre, día de su nacimiento.

Francisco elogió a Pablo VI como un hombre humilde y profético: “En el momento en que estaba surgiendo una sociedad secularizada y hostil, supo conducir con sabiduría y con visión de futuro -y quizás en solitario- el timón de la barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor”.

Temas ríspidos

En el sínodo extraordinario la Iglesia no logró consensuar posiciones sobre divorciados, homosexuales y parejas de hecho, pero proseguirá el debate el año que viene. Por ahora los padres sinodales aprobaron por mayoría los 62 puntos de la “Relatio Synodi”, a excepción de tres considerados “polémicos” que obtuvieron apenas los dos tercios necesarios. Reconocieron que se seguirá debatiendo sobre la comunión a los divorciados en nueva unión, que hay elementos positivos en los matrimonios civiles pero con diferencias con respecto a las convivencias e instaron a recibir a los homosexuales “con respeto y delicadeza”. (DyN, DPA, Reuters y especial)