RUSIA.- De una se puede salvar, pero de dos invita a pensar en un dios aparte. Es el caso de un ciclista moscovita que se dirigía en contramano por la avenida principal de Liúbertsy, una pequeña ciudad de la capital rusa. A las 16.30, un camión y un auto impactaron fuertemente en el cruce peatonal. Cada uno salió disparado para los costados. El guardabarros del auto apenas rozó al afortunado joven, quien sólo atinó a agacharse y comprobar que, increíblemente, nada le había pasado. Los conductores también salieron ilesos.