Una grupo de inmigrantes ilegales aparece trepado en el muro que separa Melilla, el enclave español del norte de África, de Marruecos. Unos 250 subsaharianos estuvieron horas instalados en la verja y solo 15 lograron saltar a suelo español. Esa conducta, mantiene a las fuerzas de seguridad en vilo. Los que logran entrar al territorio español son detenidos y llevados a un centro de tránsito; luego son repatriados.