El día siguiente de haber sido elegido como nuevo presidente de la Federación Internacional de Básquet, Horacio Muratore comenzó a hacerle frente a una apretada agenda en Sevilla, la ciudad española donde la Fiba se reunió en congreso extraordinario.

Lo principal para él fue haber asumido formalmente, hasta 2019. Y abrió su gestión con un discurso que apuntó a la renovación de los estatutos federativos; también a una gestión más dinámica y moderna, con la inclusión de nuevos actores para acompañar a la dirigencia tradicional.

Una de sus principales misiones consistirá en rearmar los calendarios de futuras competencias. Es que a partir de 2017 se cambiará la disputa de los certámenes ecuménicos, para que no coincida, por ejemplo, con los mundiales de fútbol o de voley. Bajo análisis está la disputa del próximo Mundial en 2019, con un nuevo sistema de clasificación continental. “Este es un momento de profundo análisis, de incorporar ideas nuevas, innovadoras y valientes para cada federación. Estamos cerca de ver cambios clave en la gobernabilidad, de abrir nuevos caminos y que todos tengan su lugar en la organización”, dijo Muratore al cerrar el Congreso de delegados de Fiba. También el dirigente instó a proponer y discutir estrategias que estén de acuerdo con la transformación de una sociedad exigente. “Le damos la bienvenida a los nuevos líderes directivos y administrativos de la Fiba y de cada una de las 213 federaciones afiliadas”, indicó.