Ante todo, el respeto por la gran partitura

Este es su quinto Barbero, que dirigió en Argentina y en Europa, pero el director, Emir Omar Saúl (foto) dice que cada teatro y cada realidad cultural tienen su manera de gestionar lo que producen.

“Para mí el respeto por la partitura es la primera condición. Esta vez traje de Italia una partitura que es la última edición sobre ‘El Barbero...’, sobre la cual basé mis estudios, elaborada por los investigadores de la Fundación Rossini de Pessaro y la Universidad de Chicago”, señala.

Se trata de un libro que tiene un espesor de seis centímetros, y hay otro de cinco centímetros que explica, compás por compás, la gran obra de Rossini.

Interesante, novedosa y con la mayor producción

La puesta en escena requiere de un trabajo creativo e intelectual que se arma a partir del trabajo del régisseur y su equipo creativo. Desde la primera imagen, intuición o idea, hasta su concreción, en el estreno, marca el camino de la puesta en escena de señalando cada una de las áreas que la componen en un concepto de totalidad. A punto de dar inicio al ensayo pregeneral, el regisseur, Jorge de Lassaletta (foto) corre hacia el escenario mientras dice: “es mi primer Barbero; es una versión interesante, novedosa, con la mayor producción posible. Todo necesita afiatarse; para eso son estos ensayos generales”.

El coro se potencia en las voces masculinas

“El coro -solo masculino- tiene participación en dos grupos de personajes: por un lado, los músicos que acompañan al conde en una serenata de amor y después son una guardia policial durante el resto de la ópera. Los momentos de mayor participación son al comienzo y al final de la obra”, explica Ricardo Sbrocco, director del Coro Estable -foto-, que viene ensayando desde hace tiempo.

“Hay que cantar de memoria para que el texto fluya y estén atentos a las indicaciones de la puesta -agrega-. Hay algunos integrantes del Coro que están cantando como solistas: Alfredo Tisseira, Claudia Manrique y Víctor Gutiérrez.”

DON BASILIO
Alfredo Tiseira

“Mi rol es el Basilio, que es el maestro de música de Rosina y que más bien es un meterete de la casa que quiere digitar todo, meter cizaña y sacar provecho de cualquier situación; siempre está espiando y especulando. Estoy contento de participar con los solistas invitados”, expresa el bajo barítono tucumano.

DON BARTOLO
Luciano Miotto

“Es la ópera que más he cantado en mi carrera, siempre como don Bartolo. Es un malo muy inteligente. Pero se encuentra con otros inteligentes que se juntan y termina siendo tres contra uno; por eso pierde el partido. Esta es la ocasión que esperaba para hacer la ópera. Yo vivo en Sevilla, como don Bartolo”, cuenta el bajo barítono.

FIGARO
Gustavo Ahualli

“Mi rol es el de Fígaro, el barbero. Canté en tres o cuatro producciones de El barbero. La última fue hace trece años, con el gran Anton Guadagno, en Palm Beach (Florida EEUU). Fue una experiencia fabulosa. Desde entonces no volví a cantarlo. Volver al rol es interesante porque he estado cantando roles mucho más pesados, entonces ahora tengo que volver a un rol que requiere otro tipo de vocalidad, tengo que alivianar, lo que es muy sano para la voz”, explica Gustavo Ahualli, cuyo registro es barítono lírico verdiano.

“Fígaro es un tipo inteligente y con chispa, que vive pendiente de quienes lo rodean, siempre está ayudando a todos -define-. Me encanta el personaje porque es jovial, jocoso, alegre, juvenil y con buena energía, que me transmite a mí, y que quiero transmitir”.

El destacado cantante tucumano reside desde el año 2000 en Washington DC, Estados Unidos.

ALMAVIVA
Carlos Ullan

“El conde Almaviva es un joven que se quiere escabullir por la casa de Bartolo para enamorar a Rosina. En realidad están enamorados desde el comienzo, y él tiene la ilusión de formar una familia. Es un personaje superromántico, enamoradizo”, explica el tenor lírico ligero que se formó en el Instituto del Colón.

ROSINA
María Mirabelli

“Soy mezzosoprano. Integro los planteles solistas del teatro Colón y también canto en el Argentino de La Plata. Me encanta el rol. Es muy divertido y nosotros nos divertimos mucho así que creo que el público también. Estamos ensayando desde hace tres semanas y la obra va tomando color”.