JUAN LEYRADO

- Usted viene de representar papeles bien terrenales y pasa a semejante personaje...

- Meternos en un personaje es nuestra tarea de actores; lo que pasa es que este es muy particular. Cuando uno tiene que hacer de médico, obrero o mecánico uno tiene una observación; sabe cómo respira, se mueve o se viste, y a partir de ahí uno compone, como lo pide el texto. En este caso no había mucho para mirar. Hay, sí, para reflexionar y en todo caso mirar más hacia adentro de uno pero, por lo menos en mi caso, no tengo una visión física de Dios. Es una energía que se transforma y se transporta todo el tiempo en distintas cosas. Es un trabajo particular, muy interesante; cuanto más pasa el tiempo más me doy cuenta de lo interesante que es.

- Este es un trabajo intimista. ¿Cómo se llevan entre actores?

- Fantástico. Tenemos estilos de actuación distintos que se transitan bien. Es algo especial trabajar con Thelma después de tantos años (trabajamos en cine) y sobre todo después de años en obras con los muchachos en Los Lobos, Baraka etc.

- ¿Lo hizo pensar en su religiosidad? ¿Es una obra religiosa?

- Hago una separación entre los distintos cultos y las religiones; en realidad las religiones son creadas por los hombres para acercarse, unirse y cobijarse en un templo, en una sinagoga o una iglesia, y cada uno tiene una visión de Dios que es de todos. No es una obra religiosa y por lo tanto mi trabajo apunta al sentido general, que puede estar tanto en mí mismo como en una hormiga o en un árbol.

- El título es atractivo y el boca en boca, importante...

- A los espectadores les interesa participar, como espiando a Dios, que se va a psicoanalizar, y eso de por sí es una idea maravillosa.

THELMA BIRAL

“He tratado, durante mi larga carrera, de hacer mi vida por un lado y los personajes por el otro, intentando que no se me mezclen los tantos ni de dar lugar a modificaciones en mí. Los actores a eso lo tenemos bien claro. Por supuesto que este personaje tiene cosas mías, pero no dejo que me invada”.

- El texto recurre a elementos bíblicos...

- Sin duda. Es un texto muy profundo y al mismo tiempo, muy accesible. La escritora, Anat Got, era israelí; murió hace poco más de un año. Fue una autora muy inteligente: hizo un serio estudio bíblico y entregó una obra que no es transgresora, ni irrespetuosa, ni ofende a nadie. La han visto religiosas, sacerdotes, rabinos, y nadie se ha sentido ofendido; tampoco del público. Al contrario, todos se van movilizados.

- ¿Utiliza herramientas técnicas del psicoanálisis?

- Sí, muchas.

- ¿Usted le ha planteado el tema de la obra a un psicoanalista?

- Claro que lo he planteado, y lo hemos elaborado juntos. Lo hemos trabajado bastante, cada uno de nosotros, la directora y Juan Leyrado, cada uno con su terapeuta.

- ¿Cree que en la obra, el psicólogo tal vez necesite a Dios?

- Sí, creo que es la conclusión porque pareciera que Dios pasa a ser el terapeuta.

- ¿Cómo los recibe el público del interior?

- Maravillosamente. A Córdoba ya fuimos dos veces. Hemos hecho mucho: cinco meses de gira, tres meses de Mar del Plata y casi un año en Buenos Aires.

- Los esperamos en Tucumán.

- Nos veremos, si Dios quiere...

ACTÚA HOY

• A las 22, en el Teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez).