Si no hubiera sido por la bandera que desplegaron en la blanca arena de Copacabana, su presencia habría quedado totalmente desapercibida. Los integrantes de la barrabrava de San Martín disfrutaron de una especie de un día de playa antes de presenciar el duelo de la final.

El grupo, integrado por unas 15 personas, ocupó un importante espacio en el balneario público carioca. No confirmaron si todos tenían entradas, pero por el aspecto que tenían, había por lo menos cinco que tenían su ticket para ingresar al Maracaná.

Los miembros de la barra, que cada tanto hacían sonar el bombo que cargaban, como ocurre a lo largo de Brasil, sólo entonaron cánticos para alentar a la Selección. La mayoría de los fanáticos descubiertos pertenecen a las facciones de La Brava y de La Banda del Camión, las más fuertes de las tribunas de La Ciudadela.

Varios de estos hinchas tenían prohibido viajar a Brasil, ya que el Comité de Seguridad Deportiva de la Policía había enviado sus nombres a las autoridades de la Nación para que no se les permita alentar a la Selección.