“Si te avisan con tiempo que no se puede jugar, no hay problema, pero si te dicen el día antes de que se cancela, es una complicación. No está bien que sea así porque no tenemos tiempo para buscar otro rival”. La frase salió de la concentración de Atlético, y estuvo cargada de impotencia y mucha bronca por el tardío llamado de Salvador Ragusa, DT de Gimnasia y Tiro, para informar que el amistoso de hoy, a las 10 con su equipo, se caía por problemas con la cancha. Está sembrada, entonces es imposible jugar hasta la semana entrante.

Es lógico que haya molestado el mensaje (no así el pedido de disculpas), porque si todo se hubiera hecho con tiempo, nada hubiera pasado. El drama es que Atlético no puede contar con el predio de Confraternidad (está ocupado hoy) y tampoco sirven las canchas alternativas del estadio “Padre Ernesto Martearena”. Están duras, no tienen buen césped y las consecuencias a golpes o malos movimientos pueden ser lesiones de gravedad.

Ayer por la tarde tuvo lugar una intensa búsqueda de un campo en condiciones. No habrá partido de cortesía, pero lo seguro es que Héctor Rivoira probará al posible equipo que puede debutar en el primer clásico con San Martín, el domingo 20, o bien para la fecha 1 del torneo de Transición, el primer fin de semana de agosto, ante Crucero del Norte en el Monumental. Un potencial 11 “decano” sería: Lucchetti; Casais, Bianchi, Malagueño y Sbuttoni; García, Garnier, Giménez y Grahl; Jara y Rodríguez.