Joan Fontcuberta, con sus obras y sus teorías, ha marcado un antes y un después en el mundo de la fotografía, un mundo que, para él, ha dejado de existir, para ser reemplazado por la “postfotografía”.

“Barcelona se convertirá en la ciudad del beso”, aseguró el alcalde Xavier Trías, durante la inauguración del mural “El mundo nace en cada beso”, realizado por el artista Fontcuberta (Barcelona, 1955) en la plaza Isidre Nonell, a unos pasos de la Catedral.

Como un muro

La obra, que se injerta en el plan de reformas de espacios céntricos degradados, consiste en un mosaico foto cerámico, que representa dos bocas de perfil, los labios entreabiertos en el momento del crucial contacto, cuenta el diario “El País”. “Muchos de los iconos de nuestro tiempo son besos. No quería evocar un muro de lamentaciones, sino materializar un hipotético muro de Facebook, símbolo de afecto, pasión, proximidad y, en definitiva, ganas de vivir”, explicó Fontcuberta.

A menos que se lo mire a través del objetivo reductor de la cámara, el fatídico beso sólo se puede visualizar correctamente desde una distancia determinada, ya que se compone de 4.000 pequeños azulejos, todos distintos. “La imagen del beso ha sido creada gracias a un programa informático gratuito y de código abierto, que selecciona las fotografías por características de color y densidad”, indicó el artista, que reunió más de 6000 imágenes, a través de distintas convocatorias públicas.

Ya que la obra, pese a ser permanente, se enmarca en los actos del Tricentenario, el artista pidió a la ciudadanía de Barcelona fotografías de lo que consideran “un momento de libertad”.

“Algunos simplemente mandaron sus retratos con un evidente afán por estar, pero la mayoría se ciñó al tema”, recordó Fontcuberta, añadiendo como dato antropológico-estadístico que la mayor parte de los participantes identifica un momento de libertad con el acto de saltar, seguido por los espacios naturales, encabezados por mares y océanos.

El multipremiado artista ha contado con la colaboración del ceramista Toni Cumella, que ha aplicado la versión actual de un proceso de foto cerámica, inventado en la segunda mitad del siglo XIX por el investigador y fotógrafo francés Alphonse Poitevin. “El resultado es la imagen más resistente que existe, capaz de soportar las condiciones climáticas más adversas, los graffitis y demás vandalismos”, aseguró el artista.

Googleramas

La obra tiene su génesis en los célebres Googlegramas (fotografías creadas de forma aleatoria con imágenes extraídas de Google en base a determinadas palabras clave) y enlaza con la enorme campaña formada por retratos familiares, paisajes riojanos, bodegas y fiestas paganas y religiosas que realizó en 2012.