SAN PABLO.- Hubo un tiempo en que Antoine Griezmann era más famoso por la forma de celebrar que por los goles que marcaba. 

En 2010, jugando para Real Sociedad, se subió a un coche de exhibición de un patrocinador situado detrás de la portería y se puso al volante para festejar un tanto ante el Deportivo de La Coruña. Una reacción divertida y juvenil de una de las figuras más prometedoras del fútbol francés; que ahora con 23 años se convirtió en una realidad de le bleu sueña con lograr hoy el pasaje a semifinales.

Sin embargo, su desfachatez estuvo a punto de costarle su carrera internacional. La Federación Francesa lo sancionó con un año por saltarse el toque de queda para ir a un club nocturno. Los directivos quisieron que los díscolos Griezmann, Yann Mvila, Chris Mavinga, Wissam Ben Yedder y Mbaye Niang fueran un ejemplo de tolerancia cero con la indisciplina tras lo ocurrido con su selección en Sudáfrica 2010, cuando las disputas internas, incluida una huelga de jugadores en contra del técnico, avergonzaron al país. 

Por ese motivo, ese podría haber sido el final de la ilusión mundialista para Griezmann, pero tras la mejor temporada de su carrera en la Real Sociedad, en la que sus goles destacaron más que sus celebraciones, se ganó un puesto en el plantel de Didier Deschamps. 

Griezmann anotó 16 goles la pasada temporada en la Liga española, uno más que el galés Gareth Bale, la gran estrella por la que el Real Madrid pagó 100 millones de euros. Y sólo cinco jugadores superaron a Griezmann en la tabla de goleadores: Karim Benzema, Alexis Sánchez, Diego Costa, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. 

La sanción hizo que se perdiera toda la fase de clasificación del Mundial, incluido el play-off con Ucrania, pero en cuanto pudo volver a jugar, debutó en un amistoso ante Holanda. Deschamps ya había decidido seleccionarlo y cuando Franck Ribery fue excluido por lesión, nadie dudó más sobre su presencia. Fue titular ante Honduras y destacó como suplente frente a Nigeria en octavos, por lo que ya muchos franceses claman por su titularidad en lugar del estático Olivier Giroud. 

Su sonrisa tras el segundo gol ante Nigeria en octavos reconocía que no había tocado la pelota que se introdujo en el arco propio Joseph Yobo. Y esa sonrisa marca también que ya está en el buen camino. “Todo va muy rápido en el fútbol, hay que estar preparado”, dijo Griezmann tras el debut contra Honduras. 

Y el duelo de hoy pasó a ser clave para el delantero. Derrotar a Alemania puede llegar marcar un antes y un después. Si Francia gana, Griezmann habrá pasado del ostracismo internacional a semifinalista del Mundial en sólo un año; con todo lo que ello implica.