A las 8, en el sector 50 del cementerio del Norte, denominado como Tierras Públicas, comenzó el operativo en tres fosas para tratar de encontrar los restos de Pamela Laime, la joven asesinada en octubre del 2000. Según los registros, el cuerpo debería haber estado enterrado en la tumba tres de la fila dos del sector en donde trabajan los peritos.

A fines de mayo abrieron la fosa y extrajeron cinco cadáveres. Incluso estaba listo el féretro en el que lo iban a depositar, para que sus familiares pudieran velarlo en Garmendia. Pero ninguno de los restos sería de la víctima, según la primera estimación que hizo el antropólogo forense que estuvo en el lugar.

Aunque faltan los resultados de la pericia de ADN que confirmen esa afirmación, la fiscala Adriana Giannoni ordenó que se abran otras tres fosas de la misma fila (identificadas con los números uno, dos y seis). De acuerdo a la declaración de una empleada del cementerio, esas tumbas habrían estado abiertas entre el 18 y el 26 de octubre de 2000. En la última de ellas estaría enterrado el cuerpo de una persona cuyas características no fueron anotadas en los registros.