RÍO DE JANEIRO.- Brasil arrancó ayer sus entrenamientos de cara al Mundial en medio de nuevas protestas. Alrededor de un centenar de maestros en huelga rodearon el hotel de Río de Janeiro donde se alojaron los futbolistas convocados por Luiz Felipe Scolari, gritando consignas en demanda de más inversiones en educación y en protesta contra los millonarios gastos públicos para preparar el país para el Mundial.

“¡No va a haber Copa!”, gritaban los manifestantes, que llegaron a abuchear a los jugadores cuando salieron del hotel rumbo a la concentración de Granja Comary, en Teresópolis, que será el “hogar” de la “canarinha” durante el Mundial. Las protestas se repitieron también Teresópolis. “Los maestros valen más que Neymar”, decía uno de los carteles exhibidos por el grupo, que incluía a estudiantes y a militantes de partidos políticos de ultra izquierda. La presencia de los grupos anti Mundial llevó las autoridades a armar un fuerte esquema de seguridad para proteger al plantel en Granja Comary, modernizada y reformada a un costo de 15 millones de reales (unos 6,75 millones de dólares), financiados por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Según se informó, 74 agentes policiales vigilarán todos los accesos al lugar.

“Los jugadores no prestan atención a esto”, aseveró “Felipao”, quien destacó que la selección nacional no es responsable de la precaria situación de los servicios públicos y de la infraestructura en Brasil. “El que tiene que construir carreteras no es el futbolista, tampoco la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol), sino el gobierno. Nosotros sólo tenemos que explicar que la función de ellos (los jugadores) es jugar a la pelota”, agregó. (DPA)