ACTÚA HOY

• A las 22, en El Árbol de Galeano (Virgen de la Merced 435). A las 17 dicta un taller en ese mismo lugar.


Larga vida a los monologuistas, una estirpe de actores que comenzó a fines del siglo 19 en estas tierras y mantiene inalterable vigencia. Producto de los tiempos y de la globalización, ahora se llama stand up a esta vieja práctica, pero antes que un cambio de fondo es una estrategia “para ponerlo de moda”, admite Martín Rocco, que lleva dos décadas practicándolo.

“Soy uno de los cuatro o cinco pioneros de la nueva movida que el monólogo urbano contemporáneo, que tuvo un gran crecimiento en bares, pero que se remonta al teatro de variedades y a la revista. Los temas, el ritmo, los chistes eran otros, y formaban parte de un show integral, con música y baile y en un teatro”, sostiene el actor, quien actuará esta noche, luego de dictar un taller del género en El Árbol de Galeano.

- ¿Qué cambió en estas dos décadas?

- Hay más calidad en las propuestas y más originalidad, aunque muchos comediantes salen muy rápido a probar y se parecen entre sí, lo que estanca su crecimiento. El público aprendió más a discernir y es más exigente, lo cual es bueno para todos. Hacen falta muchas horas de vuelo en bares y a la gorra, antes de exponerse en lugares más importantes y por una entrada.

- ¿Cuáles son los límites del humor de observación social?

- Lo pone el propio comediante, ya que escribe sus textos. Queda a criterio de cada uno, de la empatía o del shock que quiera lograr en el público. Lo más sencillo es hacer humor con la verdad (real o aparente). La vida cotidiana está llena de material para escribir. Hay un show en Buenos Aires que se llama Club de Humor Negro: hablan de la muerte, de enfermedades terminales, de cosas políticamente incorrectas, pero desde el nombre la gente sabe lo que va a ver.

- ¿Modificás tus monólogos cuando actuás en provincias?

- No, no hace falta. Somos una gran aldea gracias a tener un enorme acceso inmediato a la información global. Si es algo muy local de mi lugar, lo explico un poco y ya. Sí hago cambios cuando voy a otros países, por las palabras diferentes y la idiosincracia. Aparte que por el acento, la siesta y las empanadas increíbles, no creo que seamos tan diferentes. Y si lo somos en algunas cosas, no querrán que haga algo “adaptado”. A mí no me gustaría.

- ¿Es posible enseñar stand up, y sobre qué pautas?

- Sí, se enseña a escribir textos y a interpretarlos, con muchas técnicas teóricas y prácticas que se ven. Y suma todo el bagaje de estudios que uno tenga: teatro, clown, narración, taller literario, etcétera. Hay que dejar de pensar que con aparecer en Bendita TV alcanza para “graduarse” de standapero. He visto cosas espantosas ahí. Hay que amar este arte y trabajar mucho si se pretende ser un artista que vive de su trabajo. La necesidad debe ser subir al escenario y conectar con la gente. No salir en la televisión para conseguir lugar en una sala más rápido.