KIEV/MOSCU.- Siete soldados ucranianos murieron y otros siete resultaron heridos en una emboscada de separatistas prorrusos cerca de la ciudad de Kramatorsk, en el Este de Ucrania, señaló ayer el Ministerio de Defensa local. Se trata del incidente con mayor cifra de bajas para el Ejército desde que los soldados fueron enviados al Este del país, una región de mayoría rusoparlante, para aplacar una campaña separatista encabezada por grupos armados que tomaron el control de ciudades y edificios públicos en demanda de autonomía.

El comunicado del ministerio detalló que una columna de vehículos militares fue atacada cuando se acercaba a un puente cerca de Kramatorsk, uno de las zonas conflictivas en la región y donde el Ejército tuvo un éxito limitado sobre los separatistas.

El ataque

Alrededor de 30 rebeldes, que se habían escondido entre los arbustos junto a un río, atacaron a la caravana con lanzagranadas y armas automáticas, causando la muerte inmediata a tres soldados y dejando a otros dos heridos, señala el informe oficial.

“Tras la prolongada batalla, seis miembros del Ejército perdieron la vida. Ocho soldados fueron heridos, uno de gravedad, que murió camino al hospítal”, agrega la nota.

Antes del incidente de Kramatorsk, el ministro de Defensa, Mikhailo Koval, indicó que un total de nueve efectivos habían muerto hasta ahora en la operación del Ejército contra los separatistas, que está dirigida principalmente contra los rebeldes en las ciudades de Slaviansk y Mariupol.

Mesa redonda

Una semana y media antes de las elecciones presidenciales en Ucrania, el Gobierno de transición anunció que hoy arrancará en Kiev una “mesa redonda para la unidad nacional”, a la que no estarán invitados los separatistas prorrusos.

El diálogo sólo es posible con las fuerzas que persigan “objetivos políticos legítimos” y “que no tengan las manos manchadas de sangre”, argumentó la cúpula de la ex república soviética.

Las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk se declararon oficialmente independientes como “repúblicas populares” tras el respaldo a la escisión conseguido en el referéndum del domingo pasado. Occidente consideró ilegal la votación.

En las conversaciones para solucionar la crisis política interna, participarán, entre otros, los ex presidentes Leonid Kuchma y Leonid Kravchuk, así como el actual jefe de gobierno de transición, Arseni Yatseniuk, y el diplomático alemán Wolfgang Ischinger, entre otros. A la Rada Suprema, el Parlamento del país, también acudirán los candidatos de las elecciones presidenciales del 25 de mayo y personalidades líderes de las regiones en crisis como Donetsk y Lugansk.

La candidata a la presidencia y ex primera ministra, Julia Timoshenko, pidió una mesa redonda de todos los partidos directamente en la región en conflicto. “No tiene sentido celebrar esas conversaciones en Kiev, a 800 km. del epicentro de las convulsiones políticas”, señaló.

Paralelamente, el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, se reunió en Kiev con Yatseniuk, a quien reiteró su apoyo para un “diálogo nacional”.

Yatseniuk, precisamente, volvió a culpar al presidente ruso, Vladimir Putin, de la desestabilización del país. “La clave para la estabilización no está en Kiev, sino en Moscú”. Rusia debe poner fin a su apoyo a los “separatistas y terroristas”, sentenció, al tiempo que agradeció su apoyo al Gobierno alemán. (Reuters)