El conflicto entre la Asociación Bancaria y el Gobierno provincial se reeditó ayer con un violento enfrentamiento dentro de la casa central de la Caja Popular de Ahorros y en la plaza Independencia.

Una veintena de heridos -muchos de ellos con balas de goma- y múltiples destrozos materiales dejó como saldo el cruce de ayer entre dirigentes gremiales, trabajadores afines al interventor del organismo, Armando Cortalezzi, y efectivos policiales.

La gresca se originó a media mañana, cuando un grupo de ex trabajadores de la CPA, a quienes no se renovó el contrato durante la gestión de Cortalezzi, ingresó a la sede de la entidad crediticia estatal para realizar una panfleteada. A partir de ese momento, las versiones de lo sucedido varían según quién las relate. El secretario general de la Bancaria, Eduardo Bourlé, aseguró que debieron acudir con urgencia a la Caja al tomar conocimiento de que los trabajadores estaban siendo agredidos por personas vinculadas a Cortalezzi. “Había empleados de la Caja armados, entre los que estaban los ‘El Eter’ y el grupo que responde a Cortalezzi. Había karatecas y patovicas, todos al nivel de Cortalezzi. Empleados que estaban armados comenzaron a agredir a los muchachos que repartían volantes, como lo hacen siempre”, sostuvo.

El dirigente precisó que fueron atacados a palazos por los militantes cercanos a Cortalezzi, y que tras ser desalojados del edificio comenzaron a ser reprimidos por los policías. “Le quebraron el tabique a un chico despedido; tenemos un herido con un escopetazo en un ojo. ¿Quién dio la orden de represión? A un metro tiraban sin medir absolutamente nada (sic). Cortalezzi dijo que nosotros entramos a robar. En realidad querrá justificar todo lo que roba él, nosotros somos trabajadores y cuidamos la institución. No somos delincuentes, reclamamos la restitución de los 36 despedidos”, añadió; para luego responsabilizar al ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer, por la represión policial.

El interventor de la Caja Popular, en tanto, dijo que fueron los dirigentes gremiales los que comenzaron a agredir a los empleados y a romper computadoras. “Comenzaron los forcejeos. La Policía les pidió que se retiren. Hay seis policías que fueron atendidos por el médico de la institución y otros fueron a hospitales. Llegaron con mochilas llenas de piedras y rompieron todo; los vidrios y vehículos particulares que estaban afuera”, afirmó.

Cortalezzi les pidió a los gremialistas que “no se acerquen más” a la institución. “Les pido que nos dejen trabajar tranquilos. Esto no es gremialismo, es vandalismo. Entraron a destrozar y robar, a pegarles a los empleados. Espero que esto se termine después de hoy”, advirtió. “Entre las personas que agredían había varias que tenían prohibición de acercamiento dictada por la Justicia. Vamos a pedir que haya más seguridad. No puede ser que un día se junten vaya a saber por qué motivos y en qué situaciones psicológicas y determinen que irán a pegar y a romper”, completó el funcionario.

Tras los incidentes, los principales referentes del radicalismo se solidarizaron con los trabajadores agredidos y con la Asociación Bancaria. La senadora Silvia Elías de Pérez, el diputado José Cano y los legisladores Federico Romano Norri y Roberto Sánchez responsabilizaron al gobernador, José Alperovich, por lo sucedido. El conflicto entre la Bancaria y el Gobierno estalló en septiembre de 2012, cuando el Poder Ejecutivo tomó $ 172 millones de los fondos de garantía de la Caja Popular, a cambio de Letras del Tesoro. En 2013, el pleito se agravó tras la cesantía de 36 trabajadores vinculados al gremio.