Vandalismo
Acabo de enterarme de algo incalificable. Seres (...) imbuidos de bajos sentimientos habrían provocado un incendio en una propiedad de La Banda, Santiago del Estero, en la que se conservaba importante material fruto de los inmensos esfuerzos realizados por Domingo Bravo en aras de investigar, rescatar, explicar, difundir y preservar el patrimonio cultural quichua de la región. Vaya mi más profundo repudio a tamaño hecho vandálico.

Eduardo Nieto
edunieto@arnet.com.ar

Inseguridad (I)

Hoy se mediatiza el flagelo de la Inseguridad, y el uso y abuso demagógico-partidario que se hace del mismo es insensible, inhumano y raya en lo perverso. ¿Acaso quienes nos gobiernan recién hoy toman conciencia? ¿Pretenden combatirlo sin hacerse cargo y/o responsabilizarse de las causas que originaron este mal reinante a lo largo y ancho del país?

Miguel Ángel González Fidani
miguelgfidani@gmail.com

Inseguridad (II)

No sé si el decreto del gobernador de la provincia de Buenos Aires sirva para que los ciudadanos estén a salvo de los asaltos. Pero por lo menos hay alguien que hace algo. Esta medida ya fue implementada por el cambiante Felipe Solá. Me gustaría que el gobernador de Tucumán también tome algún recaudo para este tema tan preocupante que nos tiene en vilo a todos los tucumanos. Los linchamientos y la toma de justicia por mano propia responden a la falta de respuestas en materia de seguridad por parte de la clase gobernante, a la Justicia que actúa tarde, a los policías que nos dejaron solos en medio de los saqueos, a las peleas entre los partidos políticos, a la enorme violencia que significa tener que ajustarnos a los derechos de los delincuentes. El gobernador de Tucumán, en vez de pedir por su reputación a la Nación, debería pedir por sus gobernados. Quien tiene la obligación y la capacidad de velar por todos los tucumanos, debería hacer algo.

Graciela Ronveaux
gracielaronveaux1@hotmail.com

YPF

La ley 23.696 -de Reforma del Estado- instituyó los programas de propiedad participada como “medio de adquisición de parte del paquete accionarios de las empresas privatizadas por parte de los trabajadores, entre ellas las de YPF SA. Como lo sostienen innumerables fallos de Primera Instancia del fuero laboral, ratificado luego por la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, más adelante por un excelente dictamen del Procurador General de la Nación en la causa “Antonucci”, todos los trabajadores que estaban trabajando en la empresa a partir de la sanción del Decreto 2778/90 (1 de enero de 1991) tenían derecho a integrar el mismo. Por esas resoluciones todo aquel trabajador de YPF S.A que era despedido, se iba por retiro voluntario o se jubilaba perdía todo el derecho aunque se trataran de cosas diametralmente distintas como es una relación laboral y una acreencia personal de acciones. Y ahí comienza la historia final de la entrega de nuestras acciones- El P.P.P. de YPF era un botín que se disputaban. Pero para manejar tamaño programa era necesario -para ellos- la intervención de la parte sindical: el SUPE. Señores diputados de la Nación, en unos días ustedes tendrán la responsabilidad de enmendar tamaño despojo, ya que tratarán el acuerdo Repsol-YPF; solicitamos que como representantes del Pueblo estén a la altura de las circunstancias y que los ex trabajadores veamos cristalizados este viejo reclamo que como dijéramos ya lleva más de dos décadas de promesas incumplidas, por parte de gobernantes, legisladores, jueces, etcétera.

Armando Gómez
oronearmando@yahoo.com.ar

PAMI: vacunación

Se anuncia una ola de frío en la segunda quincena de este mes, inusual para la época, y hasta la fecha el PAMI no ha iniciado la campaña de vacunación antigripal, siendo que hace como un mes que llegaron al país las vacunas. ¿Qué están esperando? ¿Que los ancianos se enfermen?

Gabriel Molina
gabrieledgardo06@gmail.com.ar

No se le pega a la maestra
El jefe de la comisaría Primera elaboró un conjunto de palabras que tienen sentido: “Los docentes incitaron a la violencia”. El armado de la frase seguramente lo aprendió en la escuela, gracias a su maestra o “seño”. Adquirió, en su derrotero escolar, el uso de vocales, consonantes y la capacidad de pronunciar palabras, separándolas en sílabas. Los resultados fueron fantásticos: una oración simple: “Los docentes” (sujeto) y un predicado (”incitaron a la violencia”), con un uso correcto del verbo, del infinitivo “incitar”. El comisario, de esta manera, con su lenguaje, es fruto del llamado proceso de enseñanza-aprendizaje. En este cuadro, hay un axioma que dice: “La escuela educa y la familia forma”. El mencionado recibió educación, pero no fue formado por su familia. ¿Por qué? No aprendió que a una mujer no se le pega, y mucho menos a “su” maestra, que es la de su hijo. Su superior, el jefe de la Policía, lo respaldó: “...venimos trabajando... desde un modelo de gestionar la conflictividad... Lamentablemente los ciudadanos no comprenden que sus conductas implican contravenciones” (en alusión a la norma municipal nº 3.633 que prohíbe asentamientos en lugares públicos). Pregunto: ¿con qué moral, ejemplo o ética pueden cuestionar las conductas ciudadanas, cuando ellos transgredieron las normas amotinándose, el 10 y 11 de diciembre, y dejándonos como “carne de cañón” de robos, violencia y muertes? ¿Con qué cara se puede hablar de un “modelo de gestionar la conflictividad?” Conclusiones: “No se le pega a un maestro”; “no se le puede pegar a un maestro”; “lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera sabe escribir”. Pero no lo “saben” el comisario y, su mandante, el gobernador.

Pedro Pablo Verasaluse
palo1965@hotmail.com

Plaza Belgrano
Visité la Plaza Belgrano. Pequeña pero linda, con un diseño de doble centro. En el centro Este, la Pirámide que hizo construir Manuel Belgrano en homenaje al triunfo de su amigo el general San Martín en Chacabuco. Un bonito atril de acero inoxidable, en su parte vertical dice: “1812 año belgraniano 2012”. Arriba, en su parte inclinada, muy cómodo para leer, un escrito lleva por título “Pirámide a Chacabuco”. En realidad imagino que dice eso porque la leyenda está destruida. Hacia el oeste, el otro centro lo marca un círculo en el suelo, una gran moneda de metal con la leyenda: “Batalla de Tucumán 1812-2012. La batalla del pueblo”. Más al oeste, una diminuta estatua, muy pequeña para un prócer tan grande, no tiene una placa con su nombre. En su lugar; un óvalo blanco dice: “La patria a su defensor en Tucumán”. A la izquierda, otro bonito atril, supuestamente lleva el título de: “Manuel Belgrano”. Digo supuestamente, porque en este también, la leyenda está totalmente destruida. El único atril que se puede leer, pone a Bernabé Aráoz como héroe de la Batalla de Tucumán; “convenció a Belgrano de que se detuviera a presentar batalla”. El que escribió esto, no se enteró de que Belgrano antes de llegar a Tucumán ya había enviado a Juan Ramón Balcarce para que reclutara paisanos y los preparara para enfrentar al enemigo. Digo; si cientos de tucumanos reciben planes del gobierno, ¿no se podría con ellos, organizar guardias de cuatro horas diarias (6 hombres por día) para custodiar las plazas, los parques y los paseos públicos, para evitar la destrucción de las estatuas, fuentes, bancos, atriles, plantas y flores? El rectángulo con juegos infantiles y niños correteando es una belleza. Aire fresco, trinar de pájaros.

Carlos Civili Mir
mirediciones@gmail.com

La década ganada (I)

Escribo, a pesar de haberme hecho el firme propósito de no responder cartas de los lectores Hugo Vallejo, Francisco Centurión, Yolanda Monteros y Camilo Peral Tobar, no por que no lo merezcan, sino porque nuestras ideas transitan sendas paralelas y/o divergentes. En la carta del señor Peral Tobar del 2/2, creo ser uno de los dos lectores que le respondieron pero sin satisfacer su inquietud; le digo que al comienzo de “la década ganada” era trabajador activo y al final, jubilado. Dejo a su razonamiento la conclusión sobre cuándo estaba mejor. Si alguien está encandilado por una luz (me acordé , sin querer del título de una película, “La luz que agoniza”), la oscuridad no los deja ver. Y los temas generales que son, y según el mencionado lector, “respuestas recurrentes”. Por ejemplo, la inseguridad, la corrupción, el enriquecimiento desmedido de gobernantes, funcionarios, asesores, asesores de asesores, jubilados contratados en reparticiones oficiales cobrando jugosos sueldos, inflación. ¿Son en realidad temas generales sin importancia? Una anècdota de mi paso como maestro, mientras ponderaba los beneficios de la educación y me respondió un alumno; “Mis abuelos fueron limoneros, mi padres y yo también, y mis hijos también”. Amablemente, saque sus conclusiones.

Juan Antonio Albornoz
cholialbornoz@hotmail.com

La década ganada (II)

El tema de la “década ganada” en la particular visión del lector Camilo Peral Tobar, que propone el análisis y la calificación de dicha década a partir del resultado particular de cada argentino (innecesario, si se toma en cuenta la votación de la última elección general: 31% a favor del modelo, 69% en contra), merece ser ubicado en un contexto necesariamente más general. La realidad es que al Gobierno, con una de sus banderas “revolucionarias”, la mentada redistribución a favor de los más necesitados, paradójicamente le ha salido al revés, porque efectivamente los que más ganaron y mejoraron son los de las clases media y alta; pero además hay que agregar (y aquí no se puede argüir impericia o presiones) los capitales concentrados, financieros, sojeros, de juegos, los beneficiarios de la obra publica, los armadores de artefactos electrónicos y electrodomésticos, todos “amigos” del poder kirchnerista. Los más de 10 millones de ciudadanos que no están bien (por debajo de la línea de pobreza) no van a poder responder a la invitación del señor Peral Tobar (que los lectores expresen cómo es su situación personal actual) porque ellos no saben escribir, no saben cómo llegar a LA GACETA o no tienen dinero para comprarla. Los que se indignan y rechazan a la Presidenta, lo hacen no porque particularmente estén mal, sino por ver, leer y escuchar casi a diario cómo se miente, se pinta una realidad que no existe a través del recalcitrante relato, de los desaguisados varios los culpables son siempre “los otros”, y cómo se usa política arteramente a valores caros para el pueblo, como los Derechos Humanos, las Malvinas, el justicialismo, la soberanía económica y la justicia social, etcétera. No se debe dejar de lado en la evaluación, la ruptura del tejido social, el desmadre de las conductas en lo civil, la delincuencia menor pero violenta (motoarrebatos, asaltos a casas, comercios y automóviles, asesinatos y golpizas a ancianos), la corrupción impune y la ausencia de ejemplaridad de los que gobiernan. Hay que reconocer que lejos de un progresismo honesto, está presente un feudalismo conservador engañoso y travestido que todavía tiene la capacidad de manejo a rehenes acorralados en una pobreza estructural.

Mario Alberto Ricci
Pasaje Thames 4.472
San Miguel de Tucumán

La década ganada (III)
La lectora Nilda Olivera (carta del 3/4) expresa que con 68 años de vida no recuerda momentos tan difíciles como estos. Si ella vivió toda su vida en Argentina, me sorprende que sienta de esta manera. Parece que ya olvidó los 70’ cuando por pensar distinto al poder de turno torturaban, violaban y mataban (esto era inseguridad, no macanas). O se olvidó del ministro Celestino Rodrigo (el Rodrigazo) que en un día devaluó nuestra moneda un 150% respecto al dólar y subió los servicios un 100% y los combustibles un 180%, fulminando de esta manera los ahorros y el poder adquisitivo de todos de manera escandalosa. O se olvidó de la hiperinflación de 1989 cuando a raíz de ella la pobreza llegó a un histórico 47%, entre tantos otros males. O se olvidó de los 90’ cuando el neoliberalismo de Menem entregó literalmente el Estado (trenes, teléfonos, luz, gas, agua, jubilaciones, etcétera) a la voracidad de los privados y bajaron las persianas miles y miles de fábricas, industrias, empresas y negocios. O se olvidó de la más tremenda crisis vivida, casi peor que en cualquier otro país del mundo, a comienzos de este siglo donde realmente no había para comer, donde no había trabajo, donde la inseguridad ya no era para robar un celular sino que se potenció porque muchos padres no tenían para dar de comer a sus hijos y salían a robar, donde miles y miles de argentinos tuvieron que abandonar su patria porque acá de verdad no había un futuro. Por todo esto y muchas otras cosas que por razón de espacio no las mencioné es que considero que la lectora Olivera debería realizar un fuerte ejercicio de memoria antes de afirmar que “no recuerda momentos más difíciles que estos”. A partir de lo por mí detallado es que aprovecho para invitar a los más jóvenes a que revisen nuestra historia reciente y formen una opinión a partir de ello y no se dejen intoxicar por lo que informan desde ciertos lugares de manera tendenciosa con el objetivo de volver a destruir nuestro país como ya lo hicieron antes.

Camilo Peral Tobar
camiloperaltobar@yahoo.com.ar

Capitalismo

Respecto de la carta de Juan Albornoz (27/3) quisiera hacer una aclaración. Creo en los Reyes Magos; en quien no creo –por razones obvias- es en esa creación del capitalismo llamado Papá Noel. Los gobernados dependemos de dos poderes: el político y el económico. Ambos gozan de privilegios. La diferencia radica en que Albonoz, como otros, sólo hacen hincapié en los del poder político y dan por hecho que el poder económico puede disfrutar de lo que venga en gana y como sea. De todos modos coincido con el axioma que dice: “Los únicos privilegiados deben ser los niños”. Lo dije y hoy lo repito: el único diario que leo es LA GACETA. Y como sé leer de punta a punta, por medio de ella saco mis modestas conclusiones. Para esto último también escucho radio y miro televisión -que no es una caja boba- y gracias a la tecnología –control remoto mediante- veo todos los canales, los que me gustan y también los que me disgustan. Asimismo considero que no hay medios independientes; cada uno tiene su inclinación y su corazoncito, lo que no está mal. Respecto de los “idus”, me cuidaré. Lo preocupante son las idas por la tangente y las idas y venidas. Sin mencionar otros conceptos que hay en mis cartas. Es el comportamiento de aquí y en el mundo del poder económico, que de una y mil maneras intenta horadar a gobiernos elegidos democráticamente desde el inicio de sus períodos hasta el final si no se alinean a ellos. Sobre los conceptos vertidos por el lector Mamaní (28/3) digo: creo tener buena memoria; no importa quién emitió el primer bono (moneda trucha), pero sí el que con una ley lo sacó de circulación, beneficiando así a los asalariados. Esa persona se llamó Néstor Kirchner. Del mismo modo deben interesar los Jenners y los Kochs, que con sus vacunas erradicaron pestes y enfermedades traídas por los descubridores y conquistadores a esta parte del mundo. Respecto de la estatua de Colón, hasta lo que escuché y leí, el monumento estaba dañado y luego de ser restaurado será instalado en Mar del Plata. Por otra parte, prefiero un monumento de Juana Azurduy que luchó por la emancipación de los latinoamericanos y no del genovés o de otros conquistadores que sí cometieron despreciables actos contra los pueblos originarios (leer “Las venas abiertas de América Latina”, de Eduardo Galeano). Al lector Leandro Cruz (29/3) le digo: o usted no leyó mi carta o un bonsai no lo deja ver el bosque. Voy a usar una palabra instalada por las corporaciones: mi “relato” es a favor de la Política de Estado y la democracia. Y siempre pido a mis conciudadanos que exhortemos al capitalismo desigualador que baje algunos cambios. Hablo de los políticos sólo para elogiarlos como hice con el cada día más grande Raúl Alfonsín, a quien rindo mi homenaje. Cada vez que los medios, radios o canales ponen sus discursos su presencia se agiganta. Señor Cruz: por favor lea lo que le manifesté al lector Abregú. En marzo de 2014 un informe de la FAO hizo conocer que la Argentina, México y Uruguay llegaron con éxito a la meta: el hambre cero. Argentina está gobernada por Cristina Fernández de Kirchner. ¿Qué le parece a usted?

Hugo Vallejo
Manuel Estrada 3.850
San Miguel de Tucumán