Una callecita madrileña va tomando forma en el decorado. De vez en cuando se escucha algún martillazo. Por allí transitarán, gráciles, Luisa Fernanda, Javier, don Vidal Hernando y la duquesa Carolina. Las cuatro aristas de un rectángulo romántico tan atrapante y contagioso como las melodías que narran su historia. Se va armando la zarzuela, y olé.

“En España he visto que en la platea no se aguantan con los pies quietos. ¿Cómo no tararear una romanza como ‘Ay, mi morena’? Me gustaría que los tucumanos se vayan del teatro canturreando”, apunta el maestro invitado Enrique Ricci. Por algo se eligió “Luisa Fernanda” para inaugurar la temporada de los cuerpos estables. La mazurca de las sombrillas es a la zarzuela lo que el brindis de “La Traviata” a la ópera.

La semana previa al estreno tiene sus bemoles, y no precisamente desde el foso de la orquesta. Los reclamos gremiales conviven en el teatro San Martín con los ensayos. Así, entre asambleas del personal y horarios ajustadísimos, Ricci y el regisseur Ricardo Salim le van dando forma a la puesta. Esta noche, el ensayo general será a puertas cerradas. Mañana se correrá el telón y...

“... calculamos que el espectáculo será de una hora cincuenta. Son dos actos a los que limpiamos un poco del contenido político con el que se alimentó la zarzuela (la revolución que derrocó a Isabel II del trono español a mediados del siglo XIX). Preferimos enfocarnos en esa música tan linda y pegadiza que distingue a ‘Luisa Fernanda’”, explica Salim. Mientras, saca una carpeta y muestra el diseño de los escenarios, dibujados como un storyboard de cine.

“Luis Fernanda” se vio varias veces en Tucumán, la última en 2004. La compuso Federico Moreno Torroba, con textos de Federico Romero Sarachaga y de Guillermo Fernández-Shaw Iturralde. ¿Se entiende cuál fue la inspiración de Les Luthiers para imaginar a los autores de “Las majas del bergantín”?

“First class”

“Mire, para montar esta zarzuela hace falta un barítono first class. ¿Y qué mejor que un tucumano para el papel? Contar con Gustavo Ahualli es un placer. Es un artista que prestigia a la provincia, tienen que estar orgullosos de él. Además, le gusta venir a cantar acá”, sostiene Ricci. Instantes después, Ahualli se pasea por el escenario repitiendo sus líneas. Después posa para las fotos. Cumplidas las cuatro funciones retornará a su casa en Estados Unidos, y en caso de programarse más fechas su lugar lo ocupará Matías Safarsi.

Ahualli es don Vidal Hernando, enamorado de Luisa Fernanda y dueño de un corazón tan grande que es capaz de renunciar a ella con tal de verla feliz. Es que Luisa Fernanda sucumbe al encanto de Javier.

“¿Cuándo hice de Luisa Fernanda por primera vez? Y... hace 20 años -recuerda María Luján Mirabelli-. Fue en el teatro Avenida, que por entonces era típicamente zarzuelero. Una gran puesta, para la que vino gente de España. Qué debut, ¿no?”

Mirabelli es soprano del teatro Colón, al que retornará pronto porque la aguarda un papel en “El barbero de Sevilla”. Se la ve feliz en Tucumán, en especial por la posibilidad de trabajar junto a Enrique Ricci. El prestigio de Ricci trasciende largamente la coyuntural dirección de “Luisa Fernanda”. Todo lo bueno que hablan de él entre bastidores repica en su espontaneidad.

Ricci insiste con la jerarquía de Ahualli y celebra este rol que le toca en una comedia lírica, después de haber interpretado el “Nabucco” de Verdi el año pasado (y en Estados Unidos hizo “Macbeth”). Bueno, pero al final no se queda con Luisa Fernanda. No se puede tener todo en la vida, ¿no?; se le apunta. Y Ricci libera una risotada.

Más serio luce Ignacio Guzmán. Vino de Córdoba para participar en las audiciones que efectuaron Ricci y Salim y se quedó con el traje de Javier. Tenor del Coro Polifónico en su provincia, Guzmán siente que su carrera en el folclore se va terminando poco a poco. Integra el dúo La Huella junto a su hermano, Nicolás; es compositor y guitarrista. Pero el mundillo de la música clásica lo tiene subyugado. “Eso sí, cuando venía al teatro escuchaba una zamba”, confiesa. El corazoncito tira.

El cordobés actuará este fin de semana, mientras que en las funciones del 12 y 13 de abril al personaje lo abordará Monchi Poliche. El mismo sistema se empleará con el rol de la duquesa Carolina, ya que lo comparten Cynthia del Carril y Valeria Albarracín.

Entre tantos artistas que van y vienen, Sandra Maldonado se distingue como bailarina de la cabeza a los pies. Pisa brevemente el escenario y descerraja un par de taconazos. Y eso que está embarazada de cuatro meses. Ella se toca la panza y presenta a María del Rocío. Sus otras hijas se llaman Pilar y María Sol. La avanzada del Centro Andaluz conquista la pista por derecho propio.

Maldonado ha preparado dos coreografías: la emblemática Mazurca de las sombrillas y un baile extremeño. Intervendrán cuatro parejas y no le resultó sencillo reunirlas. Rezonga porque faltan varones que se dediquen al flamenco. ¿Y por qué? “Porque lleva su tiempo -remarca-. Aprender es un proceso largo. ¿Sabés cuanto cuesta manejar las castañuelas, la coordinación con el resto del cuerpo? Por eso creo que tantos se inclinan por la salsa, la bachata o el folclore. A los varones les falta paciencia”.

Son 150 artistas del Teatro, la Orquesta y el Coro Estables los que deslizarán voces y presencias por el escenario del San Martín. Entre, ellos una multitud de cantantes. “Cuanto tiempo sin verte, Luisa Fernanda”, el decisivo terceto en el que se entrecruzan la protagonista, Javier y Vidal se prende como una enredadera en oídos y sentimientos. Cuánta emoción la zarzuela.

LAS FUNCIONES

• El estreno tendrá lugar mañana a las 22 en el teatro San Martín (avenida Sarmiento y Muñecas). Luego habrá funciones el domingo, y el 12 y 13 de abril.