Al hincha de San Martín le proponemos un ejercicio mental: en los últimos 10 años, ¿cuántas veces vivió momentos como el que vive hoy? ¿Cuántas veces le imploró a todos los santos por un triunfo para mantener viva la ilusión? ¿Cuántas mañanas se levantó con ese cosquilleo extraño en el estómago sin saber a qué se debía?, aunque luego de pensarlo bien se daba cuenta de que era un síntoma más a causa de esa situación límite que lo perturba.
Seguramente, en este momento, luego de leer las primeras líneas, debe estar recordando las mil y una veces que pasó por una situación así. Pero no desespere.
Es cierto que hoy San Martín se juega todas sus chances de seguir con vida en el Nonagonal. Pero, ¿qué esperaba? La vida del “santo” siempre fue así. ¿O acaso recuerda alguna vez que haya vivido tranquilo una definición?
El duelo contra Santamarina seguramente lo mantendrá en ascuas. Pegado a la radio o en el estadio, frente a la pantalla gigante, tendrá las pulsaciones a mil implorando por un triunfo que estire el suspenso; y claro, su ilusión.
No crea que es el único que piensa está así. Luego del empate contra Juventud Unida, de San Luis, el plantel también quedó con esa misma sensación. Ante la requisitoria periodística ningún jugador tuvo reparos en admitir que casi no veía chances luego de este juego si no se vuelven con los tres puntos de Tandil. Por el primer ascenso, claro. Porque esto no termina acá. “Es la última oportunidad”, debe haber sido la frase más escuchada en las últimas horas por La Ciudadela. Es que es así, aunque usted, y los demás hinchas de San Martín se nieguen a creerlo, o mejor dicho a aceptarlo.
Martín Seri no tuvo problemas en admitirlo. Siempre predispuesto a los análisis, por muy odiosos que resulten, el rubio fue al frente. “No podemos perder más puntos, es así. Quizás los rivales que están arriba tengan ese margen, pero nosotros no. Debemos sacar muchos puntos y esperar que los otros los pierdan”, dijo el volante luego de la última sesión antes de viajar a Tandil.
Seguramente, usted, hincha “santo” estará en estos momentos hablando de supuestos. Que si la pelota hubiera entrado en vez de pegar en el palo y salir; que si el delantero rival hubiera definido un par de metros más arriba de lo que lo hizo o que si su equipo hubiera estado más lúcido en tal o cual partido. Pero no. Los números son fríos y dejan en claro que San Martín está sobre la delgada línea que divide el bien del mal.
“Las cosas se dieron así y fue en gran parte por nuestros errores. Pecamos mucho y lo pagamos. Por eso ahora debemos superar lo que pasó, aprender de esos errores y corregirlos para poder sacar adelante la situación”, acepta Facundo Rivero, que tampoco anda con vueltas. “Tenemos que sumar la mayor cantidad de puntos de los 15 que nos quedan en juego. Obviamente que dependemos de que se caigan los de arriba. Yo creo que van a perder puntos y por eso debemos ganar nosotros”, asegura el central.
Seguramente, a esta altura debe tener las pulsaciones en 1.000. Y con el corazón en la mano, debe estar llenando de velas su casa. Claro, a esta altura a San Martín sólo le sirven una catarata de triunfos para poder inmiscuirse en la conversación por el ascenso.
Seri sabe que no queda otra y lo acepta. “La idea es cosechar una serie de triunfos, no sirve de nada si ganamos un partido y al otro empatamos o perdemos”, remata.
Estoy seguro que usted debe estar mirando al cielo y pidiendo por una ayudita extra. Claro, a esta altura vale todo, con tal de concretar ese sueño que lo tiene en vilo, desde hace varias temporadas.