Siguiendo los avances que en Estados Unidos se realizaron durante la II Guerra Mundial en materia de “transmutación de maderas”, el Director de la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia Ing. Luís A. Santillán le encargó al profesor Alfonso Conceicao de la Cruz que investigue todo lo referente a este sistema para su pronta implementación en la EAS.

Una vez se hubo informado sobre esta técnica, el Ing. De la Cruz comenzó a experimentar con furfurol sacado de la pentosana del maíz que se utilizaba para elaborar plásticos y distintos reactivos para transmutar maderas, desecándolas en estufa, impregnándolas en una solución especial y volviéndolas a desecar tras un baño en formol. Este proceso fue realizado en diversas maderas de origen nacional y extranjeras, y en todas se obtuvieron notables resultados.

La importancia que el transmutado de madera tenía para la época era fundamental, ya que esta técnica permitía alterar las propiedades del material haciendo a las maderas casi incombustibles, resistentes al agua, flexibles y moldeables, inmunes a los insectos y hongos, resistentes al ácido y más compactas; con lo cual se podía soñar una revolución en la industria maderera sin precedentes a partir de la implementación regular de este proceso.

Fuente: Diario La Gaceta 09/12/1945 – Archivo Histórico UNT