El papa Francisco hoy que "el dinero que ahora tiene muchos negocios sucios, es dinero ensangrentado, es poder ensangrentado", durante un encuentro en la parroquia romana de San Gregorio VII con los familiares de las víctimas del crimen organizado.

"Ese poder ensangrentado no se puede tomar para la otra vida", insistió en enérgica declaración, en la que llamó a que se arrepientan porque "aún hay tiempo para evitar terminar en el infierno, que es lo que les espera si siguen en ese camino", reprodujo la agencia de noticias Ansa.

El encuentro con los familiares tuvo lugar en la vigilia de la 19na. edición del "Día de la Memoria y el Compromiso", patrocinado por la Fundación Libertad de Luigi Ciotti y otras asociaciones, en homenaje a las víctimas de la mafia.

La delegación de los familiares estuvo encabezada por Rosaria Costa, viuda de Vito Schifani, miembro de la escolta del juez Giovanni Falcone y su esposa Frances Morvillo, que también murió en la masacre llevada a cabo por la mafia siciliana el 23 de mayo de 1992.

"Conviértanse; se los pido de rodillas, es por vuestro bien. Esta vida que viven ahora no les dará placer, ni alegría, no les dará felicidad", exclamó y recordó que "el poder, el dinero que ahora tienen a raíz de tantos negocios sucios... es el poder ensangrentado".

En tanto el presbítero italiano Luigi Ciotti, conocido en Italia por su activismo social, su rechazo tácito y abierto a la mafia y por dedicarte a la asistencia de dichas víctimas mediante su fundación, agradeció al pontífice su participación en el homenaje.

"Creíamos haber encontrado a un padre, pero lo que realmente hemos encontrado es a un hermano: el hermano Francisco", dijo Ciotti, citado por la agencia EFE.

No obstante, el presbítero criticó la postura pasada de la Iglesia que, a su juicio, "no siempre ha mostrado la suficiente atención al fenómeno del crimen organizado".

"Han sido constantes los excesos de prudencia y los silencios pero, por suerte, se produjo el grito profético de Juan Pablo II en Agrigento (1993) y la invitación de Benedicto XVI en Palermo (2010), cuando nos pidió que no cediésemos a la sugestión de la mafia", recordó.

En la ceremonia, una cadena de personas fue pronunciando el nombre de muchas de las víctimas inocentes de la mafia, un gesto que el papa presenció con las manos cruzadas en señal de oración. Dos nombres fueron los que arrancaron el aplauso de los congregados: el de los magistrados antimafia Paolo Borsellino y Giovanni Falcone, asesinados en 1992 a manos mafiosas por sus investigaciones sobre el crimen organizado.

También recordaron a los niños de tres años "Cocó" y Doménico, ambos asesinados recientemente por la mafia en un acto calificado por Bergoglio de "sin piedad".

Cocó fue hallado el pasado 20 de enero carbonizado junto a su abuelo dentro de un coche en medio de un campo en Cassano allo Jonio, en Cosenza (Calabria, sur), mientras que Doménico murió tiroteado el pasado martes junto con su madre y su pareja mientras viajaban en coche en una carretera de Taranto, en la región de la Apulia.