En su cuarta jornada entre los tucumanos, la Tarjeta Ciudadana siguió ayer trastornando la rutina de miles de personas que no pueden viajar en ómnibus porque no tienen el plástico o la recarga necesaria. Tanto los usuarios que deambulan por toda la ciudad como los comerciantes sin stock responsabilizan al municipio capitalino y a la concesionaria del servicio por la situación.

Ayer, fuentes de la empresa Atos anunciaron que hoy no se entregarán tarjetas en los 194 puntos de venta habilitados. El motivo radica en un acuerdo pactado entre la Municipalidad de San Miguel de Tucumán y la empresa de suspender por 48 horas el reparto “debido a que la demanda superó las previsiones” ; y, consecuentemente, el servicio colapsó.

Desencantados

Los tucumanos están desencantados y muchos añoran con regresar a la era del cospel. Este es el caso de Marian Barrionuevo, la encargada de un comercio ubicado en América y Belgrano, quien asegura que con el anterior sistema de cospeles nunca renegó: Y que, en cambio, la Tarjeta Ciudadana se convirtió en un dolor de cabeza. “Tenemos problema tras problema con la tarjeta porque hace una semana que no nos las entregan. La gente está desesperada porque no puede ir a trabajar y nosotros tenemos que contener el malestar. Cuando funcionaba el Trapasa nunca faltaron cospeles porque el señor que las traía cumplía con nuestros pedidos”, expresó la empleada.

Marian agregó que la empresa Atos sólo le llevaba 20 tarjetas por día y que con eso no abastecía la demanda de los clientes: “si no tenemos la tarjeta, perdemos en hacer cargas y ni siquiera podemos ver el lastimoso 1%. Antes, con el cospel, ganábamos un 3% y no había que contratar nuevo personal. La Tarjeta Ciudadana tampoco nos aseguró más clientes, ni repercutió en las ventas de otros productos”.

Verónica Mansilla y Álvaro García están preocupados. Su único hijo está enfermo y necesitan viajar todos los días al Hospital del Niño Jesús para que los médicos puedan curar un mal difícil de diagnosticar. Viven en la Ramada de Arriba, pero para llegar al Centro de Salud deben tomar dos colectivos –uno interurbano y otro urbano-. “Somos del campo y desde el sábado gastamos 30 pesos en taxis porque hacemos dos viajes diarios. Con tanta espera, nos morimos de hambre, pero preferimos que nuestro hijo tenga salud”, expresó Álvaro que fue hasta las oficinas de Línea 4 y sintió bronca porque no pudo hacerse de tarjetas.

La situación que viven los usuarios también afecta a los transportistas. Jacques Huberson y Carlos Conticello, de la empresa El Corcel, se muestran solidarios con sus clientes porque saben que sin ellos sus colectivos estarían vacíos.

“Desde el jueves hasta el lunes vendimos 1.500 tarjetas y hoy -por ayer- no conseguimos la reposición. El nuevo servicio beneficiará a todos, pero hay un problema en la distribución. Atos no tomó en cuenta la dimensión que iba tener el cambio de sistema y no pueden hacer frente a la demanda de los usuarios”, expresó Conticello, quien coincidió con Aetat: “en los últimos días perdimos el 40% de nuestras ganancias porque faltan tarjetas y tenemos menos pasaje en nuestros colectivos”, aseveró.

"Estamos sobrepasados"

“Es tanta la demanda que esto está a punto de caerse, estamos sobrepasados”, reconoció Jesús Moya, representante de la empresa Atos. Según el empresario,en la noche del lunes los negocios se quedaron sin tarjetas porque según sus relevamientos la mayoría de los clientes viven en el interior de la provincia. “El 60% de los usuarios son del interior y no usan el sistema urbano de transporte. Se llevan tarjetas para toda la familia. Nos sorprendió tanta demanda, no la esperábamos”, dijo, y destacó que entre el lunes y ayer se repartieron 9.000 tarjetas.

Moya informó que con la Municipalidad convinieron suspender la entrega y distribución hasta que se pueda cumplir con la demanda de los usuarios que viven en las jurisdicciones por los que circula el servicio urbano: “De 1.000 planillas, 600 corresponden al interior, por lo que vamos a dar prioridad a quienes usan el sistema urbano y luego a los del interurbano”. Desde ayer, empleados del Centro de Atención al Usuario (Junín 58), entregaron un formulario en el que los interesados consignarán sus datos personales para que envíen las tarjetas en un plazo de 24 a 48 horas. “El viernes regresaremos a entregar tarjetas en todos los puntos de ventas habilitados. Tenemos 50.000 más y esperamos el desembarco de 150.000 más”, declaró.

En 48 horas volvería la distribución

La Coordinadora de la Unidad de Control Municipal de la Tarjeta Ciudadana, María Elena Gerk, dijo que en la actualidad los usuarios son más de los previstos y reconoció que con la desaparición del cospel la demanda aumentó. “Se nos fueron los números con respecto a la población que utiliza el servicio urbano. Un relevamiento de la Subsecretaría de Tránsito y Transporte Municipal relevó que en el 2013 para esta época los usuarios eran 130.000 y que Atos distribuyó 220.000 unidades pero que esto no pudo satisfacer la demanda. “Tuvimos un importante imprevisto. La deficiencia que tenemos hoy como municipalidad es que hay usuarios que no tienen sus tarjetas. Hubo fallas en la implementación del sistema porque no tuvimos en cuenta que los usuarios del servicio interurbano también utilizarían el urbano”, expresó la funcionaria municipal. Gerk expresó que a pedido de la empresa Atos, la municipalidad acordó suspender la entrega hasta que puedan reorganizarse para volver a entregar y distribuir tarjetas en un plazo de 48 horas.

“El problema explotó en diciembre con la primera prórroga para suspender el cospel. La demanda aumentó y los puntos de ventas bajaron a 194, cuando inicialmente se habían registrado entre 250 y 280 comercios. Todo cambio es complejo”, admitió la funcionaria.