Sin muchas emociones y con más dudas que certezas, Boca y River igualaron 1 a 1 en Mar del Plata en el primer superclásico de 2014. El eje central del partido, arbitrado por un criticado Germán Delfino, estuvo en las responsabilidades de cada equipo.

Estas cambiaron de manos de un tiempo a otro y ninguno de los dos equipos supo responder a sus distintas obligaciones. En el primer tiempo, Boca logró superar futbolísticamente a River y se puso al frente con un golazo de Juan Sánchez Miño, de tiro libre. Allí no supo ampliar la ventaja que suponía tener la ventaja y la desesperación de su rival.

Sobre el final de esa etapa, dos jugadas dieron un giro inesperado al partido: el gol de Jonatan Maidana, el segundo del defensor de River a su ex equipo y la expulsión de Daniel Díaz. En el 1-1, todo Boca reclamó falta de Maidana sobre Agustín Orión por una supuesta plancha, que al parecer exisitió pero también contó con la simulación del arquero. Minutos después, el "Cata" habló de más y se fue a los vestuarios antes de tiempo.

Con ese panorama, el peso de las mayores obligaciones caía sobre el "millonario" para el segundo tiempo pero tampoco supo qué hacer con ellas. Con uno más y el envión de ese final caótico, no logró vulnerar al arco "xeneize", aunque sí contó con algunas chances.

En tiempo agregado, Fernando Cavenaghi equiparó las expulsiones con una pata infantil pero ya no había tiempo para que los de Carlos Bianchi sacaran rédito. Todo estaba dicho y, mal que le pese a los que estuvieron ahí, no fue mucho.