Si la meta es competir en la cita máxima de alguna disciplina, está más que justificado casi no tener vacaciones. Así que para Santiago Tolosa marche un aprobado por encarar la situación. “Mi sueño es jugar un Mundial y eso podría darse en 2015”, estimó el jugador de tenis de mesa que tiene sueños grandes.

A los 14 años ganó una nueva estatuilla de los premios LA GACETA. La vitrina de Tolosa sigue llenándose de trofeos y obtener el premio es una excelente opción para mitigar la espera hasta cumplir su máximo anhelo. “Cumplí mis objetivos este año. Además, en mi familia están todos muy contentos porque no me llevé ninguna materia”, remarcó.

Entre el estudio, el entrenamiento y los viajes (estuvo en Japón y en China durante 48 días) el desgaste fue intenso. Sin embargo, cuando se trata de metas deseadas, aunque cueste un esfuerzo extra no hay demasiado tiempo para descansar. Menos para lamentar que mientras los chicos de su edad están en pleno tiempo de ocio, Tolosa sigue pensando en la competencia. “Estos días son mis vacaciones”, puntualiza.

Mientras algunos están “calentando” los motores para empezar a full el descanso, él sigue empuñando la paleta, pero con mucha felicidad. “Es que jugamos hasta que apagan las luces”, se ríe Tolosa.

El día viene así. “Me levanto a las 11. Uso la computadora y la tablet. Almuerzo y a las 20 más o menos ya estoy en mi otra casa”, detalló Tolosa.

La pertenencia tan marcada que desarrolló el alumno del Colegio Belgrano con el complejo Nicolás Avellaneda, su lugar de entrenamiento, lo llevó a considerarlo como otro hogar. “Ahí tenemos cuatro mesas reglamentarias. Cuento con un grupo de amigos que juegan bien. Ellos son Franco Escobar, que comenzó un año antes que yo; Daniel Saade y Federico Masso, quienes se prendieron después”, sintetiza Tolosa sobre el grupo que lo ayuda a apagar la luz en el complejo.

Son ellos los que tienen que soportar, pero al mismo tiempo aprender, los embates de Tolosa. Sucede que el jugador hace distar mucho su carácter del juego que exhibe. “Antes era callado, pero tampoco digo que ahora soy de hablar mucho”, se describe tímidamente.

Pero su explicación sobre lo que hace en la cancha lo transforma. “En mi juego soy ultraofensivo. Si me toca un rival que es muy defensivo, lo ataco; y si el otro es ofensivo, yo soy el doble”, se impone con su discurso certero Tolosa.

Así sigue perfeccionando su juego en casa, pero con su mente puesta también en Buenos Aires. En tierras bonaerenses la cuestión, en pocos días, se volverá mucho más seria porque los compromisos competitivos así lo requieren. “El 8 de enero tengo que estar en el Cenard, hasta el 17, practicando con la selección argentina. De ahí, con jugadores y técnicos partimos a una clínica en Santa Fe hasta el 30, pensando que en abril está el Sudamericano en Buenos Aires”, explicó sobre su agenda de preparación, que continuará en Tucumán.

“Vuelvo a la provincia, donde recibiré en mi casa a mis compañeros Francisco Sánchez, de Mendoza, que es también Sub-15; y al cordobés Brian Schab, Sub-18, ya que el 2 de febrero, en Atlético, habrá una clínica regional”, detalló Tolosa. Y eso es sólo parte del primer semestre. Las vacaciones pueden esperar. El tenis de mesa así lo exige.