La época de las Fiestas encierra, entre muchas otras cosas, la tendencia a mirar hacia atrás. El repaso anual casi que se impone, para saber hasta qué punto se ha cumplido lo planificado en el brindis del año anterior, y qué es lo que quedó por hacer. No es común comenzar esta clase de balances por el lado menos amable, pero Fernando Martoni lo prefiere así, pese que a pocos pueden jactarse de haber coronado un primer año de gestión con tres títulos argentinos y una copa de bronce en el seven.

“Es que un año es muy poco para encarar proyectos. Y si los encarás, es probable que no lo puedas terminar. Me parece increíble que haya pasado ese tiempo desde que asumí”, confiesa el presidente de la Unión de Rugby de Tucumán.

“Informatizarla”. Esa es una de las primeras intenciones truncas para con la entidad que comanda. “Nos falta un programa que nos permita no sólo llevar temas contables, sino también interrelacionar las distintas Comisiones. Esto nos permitiría mayor control, seguridad y celeridad en muchos aspectos. Implicará un costo grande, pero es muy importante”, dimensiona el directivo.

La sponsorización es otro de los que considera puntos flacos de la primera parte de su mandato. “Al principio se hizo un buen trabajo, pero luego Ramón Renta Mora no pudo continuar por motivos personales, aunque me siguió ayudando. Ese también es un punto a mejorar en el próximo año”, adelantó Martoni, consciente de que el éxito “naranja” en los Campeonatos Argentinos será una palanca para cotizar al seleccionado tucumano al momento de las negociaciones.

“Naranjas” o ninguno
En efecto, una campaña como la de Tucumán, campeón invicto tanto en mayores como en juveniles, no puede menos que impactar.

“Cuando fuimos a Paraná, para el Seven de la República, yo sentí que nos miraban como guarda, es la Unión de Tucumán, no cualquiera. Por supuesto, hay una historia detrás, no se debe sólo a lo de este año”, comenta.

Los efectos también se advierten en el terreno económico, donde la “naranja” es un producto. “Lo que genera recursos es el seleccionado, no hay vuelta de hoja. Y si Tucumán ya impacta de por sí, habiendo obtenido el título se vende aún mejor. Una firma mundial de indumentaria se comunicó conmigo para decirme que estaba interesada. Y me aclararon que es el único seleccionado del país al que le interesa patrocinar”, revela el dirigente.

“Ojo, no es sólo por el éxito deportivo, sino también por cómo vive Tucumán el rugby. Basta recordar lo que fue la semifinal de mayores contra Buenos Aires en Lawn Tennis, o los partidos del Argentino Juvenil en Santiago. Parecía que éramos locales con la cantidad de tucumanos que había. Eso ayuda mucho”, considera Martoni, aunque aclara que la cuestión de la vestimenta para 2014 aún está en tratativas.

El dirigente espera un 2014 mejor. “Con ayuda de Dios, creo que es posible”, se encomienda a sabiendas de que, al menos en el plano deportivo, el año que se va será difícil de igualar y mucho más de superar.

A Tucumán no sólo la representan los hombres de anaranjado, sino también los de negro. “Este año se hizo por primera vez un intercambio de árbitros (el inglés Robert Bourke, de la London Referee Society, visitó la provincia, y luego Patricio Padrón fue enviado a Londres a dirigir). Lo importante es que eso se va a sostener. Estamos negociando con el sponsor de los referees, y una de las condiciones es costear los pasajes para que uno de ellos viaje el año que viene. No es por turismo. Buscamos elevar el nivel del arbitraje. Así como va creciendo el juego de los clubes y los seleccionados, debe crecer el del referato”, reflexiona el presidente.

Transiciones
El jueves hubo asamblea en la URT para renovar algunos vocales. “Me hubiera gustado que siguiera el mismo Consejo hasta el fin de mi gestión. Pero nos iremos acomodando. Lo más inteligente es estar en permanente comunicación y apoyarse en las cosas que nos unen para tirar hacia el mismo lado”, propone.

De lo que prefiere no opinar es de la conflictiva situación que atraviesa Los Tarcos. “Sólo puedo decir que me duele porque es mi club, al que llegué en el 65. Ojalá que todo se resuelva pronto posible y de la mejor manera”, anhela.

Balanza
Según Martoni, el futuro puede esperar. “No pienso en que me queda un año de gestión. Prefiero ir paso a paso, disfrutándolo”, afirma el mandamás, antes de proceder finalmente a poner las cosas en la balanza. “Si uno sigue acá, es porque son más las cosas buenas que las malas. Cuando no, lo mejor es dar un paso al costado. Pero en mi caso, las positivas superaron por mucho a las negativas. El solo hecho de haber podido acompañar al seleccionado en los viajes fue algo impresionante. Son chicos de una calidad humana excepcional. Parecen profesionales”, define Martoni, y se pregunta a sí mismo: “¿qué es lo que más disfruté? Eso, haber vivido la alegría de esos jugadores. Porque no se merecían otra cosa que ser campeones”.