El temor y la incertidumbre se apoderaron de Yerba Buena, como del resto de la provincia. Comercios y bancos cerrados, bares vacíos y colas en las paradas de colectivo conforman el paisaje en la Ciudad Jardín, que suele bullir de actividad cualquier día de la semana.

En las pocas estaciones de servicio que aún expenden, las colas alcanzan tres cuadras, y la gente llega a pie, con bidones, a buscar combustible.

Los shoppings Del Jardín y Solar del Cerro abrieron, aunque pocos negocios atienden al público, mientras que El Portal directamente cerró sus puertas.

Las autoridades del hospital Carrillo decidieron enviar a su personal a la casa y funciona solamente con una guardia, debido a que circularon fuertes rumores de que bandas organizadas pretendían robar equipos y medicamentos. Los CAPS, se informó, funcionan con normalidad.