Planificar, organizar, prevenir, controlar son verbos difíciles de incorporar a nuestra idiosincrasia. Da la impresión de que se espera que ocurra alguna tragedia para reaccionar cuando es tarde. Ello sucede con frecuencia en materia vial. Por ejemplo, la estrecha ruta N° 329 que nace en Concepción y concluye en Monteagudo y data de hace varios años, ha cobrado importancia desde que se habilitó la nueva traza de la ruta nacional N° 38, porque miles de conductores la emplean diariamente para llegar a “La Perla del Sur”.

Según los vecinos, en menos de dos años, se registraron seis muertos. El camino se encuentra en mal estado, especialmente en dos kilómetros, y los baches y parches obligan a los conductores a efectuar riesgosas maniobras. La ausencia de iluminación nocturna potencia aún más el peligro de accidentes. Un niño de 10 años se salvó milagrosamente, cuando intentaba cruzar la ruta y fue embestido por un auto. Tanta es la velocidad con la que circulan camiones, ómnibus, automóviles y motocicletas, que los pobladores tienen problemas para cruzar y a menudo deben hacerlo corriendo. El desnivel entre la banquina y la calzada es causante de accidentes. Con frecuencia, los motociclistas usan el camino para hacer picadas. No hay semáforos ni control policial.

En la zona, hay cinco barrios: Los Vega, Balbín, Municipal y Asentamiento, cuya población es de alrededor de 10.000 habitantes. “Ya pedimos infinidad de veces a las autoridades municipales que se hagan cosas para mejorar la seguridad: hay que iluminar la ruta y nivelar la banquina para que no esté tan separada del asfalto. Con esas dos cosas, se salvarían muchas vidas”, afirmó un vecino, mientras otro dijo que que los accidentes suceden a diario. “Sentimos frenadas, gritos. Y siempre se nos viene a la mente el choque de mi hija. Por suerte, ella se salvó, aunque sufrió algunas lesiones”, contó un morador.

Según el titular de la Dirección Provincial de Vialidad, la solución a estos problemas sería convertir la ruta en avenida y adelantó que la obra se realizaría dentro de seis o siete meses., y pidió paciencia a los vecinos. El intendente de Concepción asegura que escucha los reclamos vecinales y que su gestión trata de brindar respuestas. Señaló que le presentaron a la Nación un proyecto para iluminar un tramo de dos kilómetros y atribuye a la burocracia que no haya prosperado.

Estos problemas deberían haberse contemplado cuando se diseñó la nueva traza de la ruta N° 38. Se supone que se deberían haber estudiado todas las conexiones de esta carretera con los caminos que desembocan en ella y que la unen con otras poblaciones y no comenzar a pensar en ello cuando se producen quejas y lo más graves, accidentes con víctimas mortales, como ocurrió en la ruta N° 329, que es empleada por centenares de conductores.

Han transcurrido más de dos años desde la habilitación del tramo de la 38 que llega hasta Concepción. Sin embargo, en la 329 poco o nada se ha hecho, el pavimento está deteriorado, no hay alumbrado público y lo más alarmante es que no hay controles. Esta realidad refleja una inacción de las autoridades que deja a merced de la imprudencia e irresponsabilidad de los conductores a los pobladores de cinco barrios. ¿Por qué esperar que siga muriendo más gente para actuar con la celeridad que corresponde? La vida es el don más preciado que tenemos, deberíamos alguna vez entenderlo.