He aquí un disco monótono, cruzado de norte a sur por los lugares comunes del pop. Melódicamente carente de inspiración. Y ni hablar de las letras: "...porque te amo, perderte sería peor que morirme" ("Sun on sunday"). Mientras tanto, James Blunt se ríe de las críticas. "Moon landing" es top ten en el chart británico y el hit "Bonefire heart" pulula por los rankings radiales aquí y allá.
Pongamos "Miss America", tema dedicado a Whitney Houston, como ejemplo. Están el piano solemne, el coro sentido, los arreglos de cuerdas y el crescendo vocal de Blunt cuando ataca el estribillo. ¿Dónde quedaron las ideas musicales?
El comienzo es prometedor. "Face the sun" nos lleva a la ruta (¿es un auto el que pasa? ¿Una moto?). La balada, bien cantada, combina delicadeza con una guitarra ambiciosa. Se nota la mano de Tom Rothrock, productor del aquel exitoso debut de Blunt ("Back to bedlam", de 2005). Y hasta ahí llegamos.
Los tracks -11 en el CD standard y 15 en la edición de lujo- son brillantes en la superficie y semivacíos cuando se rompe el cascarón. El ukelele ("Postcards") ofrece un remanso entre tanto corito a lo Maroon 5 y baladas tan pero tan blandas que se deshacen antes de empezar a masticarlas.