Es difícil explicar las emociones. Pueden surgir mil palabras, infinidad de imágenes, pero difícilmente serán capaces de transmitir el poder de una lágrima, de un corazón que late con fuerza. Fue tanta la emoción que provocó la interpretación de "Zafra" que vale condensar la noche en ese aplauso interminable que conmovió al teatro San Martín.  Fue un aplauso de pie, como corresponde en estas ocasiones. Más que un reconocimiento, un acto de amor.

"Zafra" es un poema de Ariel Petrocelli musicalizado por los hermanos Pepe y Gerardo Núñez. La composición data de 1966, época plena de reclamos y reivindicaciones, en un clima de efervescencia política, social y cultural. El triste destino del zafrero, irremisiblemente atado a la caña y al machete, se denuncia con forma de canto en esta pieza conceptual que sólo había subido a escena dos veces: en 1972 y en 1985. Alba López -viuda de Pepe Núñez- enlazó a Lucho Hoyos en el proyecto de recuperar "Zafra", registrarlo en un CD -ya editado- y mostrarlo al público. Lo consiguieron con el mayor de los éxitos.

El espectáculo se inició con la proyección de una serie de entrevistas, recogidas por Fernando Korstanje durante la filmación de sus documentales. Pasaron por la pantalla Ariel Petrocelli, Gerardo Núñez, Juan Falú -quien participó en el recital del 72- y la propia Albita López. También se escuchó un fragmento de una antigua grabación, el puente perfecto para darles la bienvenida a los músicos. Los temas fueron pasando mientras de fondo se veían las fotos que Juan Paolini tomó en el surco, documentos en blanco y negro del trabajo, rostros curtidos, sombreros, manos callosas. Y niños machete en mano.

El nivel musical del recital fue altísimo. Lucho Hoyos y el Mono Villafañe cantaron con el corazón. Los versos de Petrocelli les brotaron desde muy adentro. Villafañe, todo de negro, pura expresividad, brazos abiertos, recogió merecidas ovaciones. Nancy Pedro le aportó el particular timbre de su voz -no menos emocionado- a las canciones. El trío de guitarristas -Ariel Alberto, Manu Sija y Carlos Carrizo- desplegó virtuosos punteos, mientras que Néstor Soria y Grillo Córdoba recitaron con el punto justo de expresión, ni muy apagado ni sobreactuado. Cuánto talento hay en Tucumán.

"Zafra" es tan bello como desgarrador. La historia del obrero y de su sueño eriza la piel. Habla de la realidad, de los que pasa día a día en la provincia. Su vigencia le suma riqueza. Triste y profunda, magnética, por momentos deliciosa, la obra merece nuevas presentaciones. Es un activo de nuestra cultura. Fue un acierto la programación en el Septiembre Musical. Requiere teatros llenos y un viaje sin escalas al interior de cada tucumano.