Ellos dicen que la vida les cambió el día que comenzaron a construirles un edificio al lado de su casa. El inmueble de María Inés, Marcela y Sergio Medina comenzó a resquebrajarse. Primero fue algo sutil, pero con el tiempo terminó por quebrar una losa y hundir el piso. "La obra comenzó en 2007 y en 2009 iniciamos una demanda, luego en 2011 otra por daños y perjuicios", explicó Juan Gómez Romero, el abogado de la familia. María Inés vive en la planta baja, en un departamento que está encima vive su hermano Sergio y en la última planta, la tercera, Marcela. La vivienda familiar está en Entre Ríos 754.

Por todo este proceso, la obra se frenó hace dos años, pero los daños continuaron, contó María Inés. "La carga del edificio provocó que continuara asentándose y hundiendo la casa porque es mayor de lo que puede soportar", explicó el ingeniero perito Francisco Cejas, mientras mostraba pisos, paredes y techos rajados.

"Una noche -relató Marcela- sentimos un ruido fuerte, como una caída. Nos asustamos y comenzamos a llamarnos para ver si había sucedido algo en la casa del otro. Era la 1.30 de la mañana". Ese ruido, confirmó el ingeniero Cejas, se produjo por el quiebre de la losa. Al parecer, también generó la rotura de una cañería de gas en el segundo piso. "Unos días después sucedió lo de Rosario (la explosión de la caldera por la pérdida de gas) y decidimos que teníamos que irnos", reconoció Marcela. Ella y María Inés ya están alquilando en otra zona desde hace unos días. Contaron que Gasnor ya había anulado las conexiones y Defensa Civil constató el mal estado del inmueble.

Denuncias
Gómez Romero indicó que las denuncias que se hicieron son contra un fondo fiduciario llamado Consultas y Proyectos y contra la empresa constructora, Pramarco, y el arquitecto de la obra como responsables solidarios. LA GACETA se comunicó con algunos representantes del fondo fiduciario, pero no quisieron hacer declaraciones alegando que podría entorpecer el asunto judicial en curso.