Rodolfo Valentino medía 1.80 m. Era uno de los grandes mitos del cine y el "latin lover" por excelencia. En realidad se llamaba

Rodolfo Pietro Filiberto Raffaello Guglielmi di Valentina.

Nació el 6 de mayo de 1895, en Castellaneta, Italia. Falleció en Nueva York, el 23 de agosto de 1926 a los 31 años, víctima de una peritonitis. Su muerte provocó entre sus numerosos seguidores un tremendo duelo que conllevó disturbios en su multitudinario funeral e incluso centenares de suicidios, en todas partes del planeta. Incluso continuó manteniendo la figura de culto de gran amante que había adquirido en vida. Era el objeto de deseo de millones de mujeres (y de hombres) de todo el mundo que soñaban en participar junto al engominado actor en sus aventureras y románticas películas.

A un año, dos meses y 25 días del fallecimiento del "latin lover", el empresario Guillermo Renzi inauguró una sala cinematográfica en Tucumán, frente a la plaza Alberdi, en Santiago 1.022, en homenaje al actor.

El cine, si bien es cierto tenía más aspecto de cinematográfo, era un biográfo. Pero ya se avecinaba el desembarco del séptimo arte sonoro. Lo cierto es que el jueves 17 de noviembre de 1927, con una doble función (18.30 y 21.30), respectivamente, el Valentino abrió sus puertas. Ese día se proyectaron dos filmes mudos. El primero fue Don Justo equivocado, con Edgar Livingston Kennedy. Una comedia en siete actos, donde el actor "rey del slow burn (quemadura lenta, podría admitirse como traducción)" se luce.

Cabe recordar que unslow burn es una expresión facial exasperada, interpretada de manera deliberada. Pero Kennedy es más recordado por el memorable papel que interpretó como vendedor de limonada, en el film de los hermanos Marx, Sopa de Ganso.

La otra película de la premiere fue La hazaña de un explorador, con el actor y rugbier australiano Ben Alexandre.

El Valentino sobrevivió casi una década. Desde noviembre de 1927 hasta el 29 de agosto de 1937. Era considerado, al igual que el Salón Esmeralda (y aunque a muchos le parezca una perogrullada), cine de barrio.

El Moderno, el Majestic Palace, el Gran Splendid y el Capitol eran considerabados como salas céntricas cuando aún ni el Plaza, ni el Metro, ni el 25 de Mayo habían alumbrado.

Las dos últimas películas de la sala que fue demolida (hoy, su solar está ocupado por un salón de juegos infantiles) fueron El Inspector Postal. un trhiller español dirigido por Otto Brower, con Ricardo Cortez y Patricia Ellis; y el melodrama Felicidad robada, con la atractiva Kay Francis.