NOVELA

DESAYUNO DE CAMPEONES

KURT VONNEGUT 

(La Bestia Equilátera - Bs. As.)

Philboyd Studge es un escritor irreverente que, al cumplir 50 años, decide juntar en una novela a Dwayne Hoover y a Kilgore Trout, dos de sus personajes favoritos. Philboyd Studge se presenta en el prólogo, donde aclara estar un poco aburrido de la escritura, pero también reconoce la necesidad de escribir, como conjuro y recompensa de tantos años de dedicación. Como un demiurgo, Studge teje la historia en la que esos personajes son movidos por su pluma y voluntad al cabo del libro, que es un libro dentro del otro libro real, y en el cual se cuenta el derrotero que Hoover y Trout siguen hasta encontrarse al final de la novela.

Dwayne Hoover es un próspero vendedor de autos cuya esposa se suicidó bebiendo líquido para destapar cañerías. Tiene un hijo homosexual que toca el piano y a quien mira con extrañeza e incomprensión. Dwayne leyó una novela de Trout y abusó de ciertas sustancias, por lo que progresivamente se vuelve loco de remate. Kilgore Trout vivía en Nueva York y escribía novelas y cuentos que se publicaban en revistas pornográficas a modo de relleno; aunque se ganaba la vida colocando contraventanas. Un día emprende un viaje al Sur, hacia un pueblo llamado Midland City, donde se produce el encuentro que cierra el libro. Allí concluye la historia dentro de la otra historia, como una suerte de matrioskas o cajas chinas.

Libro de culto

Vonnegut usa estos personajes (que son un escritor y sus personajes, y uno de los cuales, se dijo, es también un escritor) para crear un universo incomparablemente extraño, pero familiar.

Siempre ingenioso, desapasionado, tangente, ironiza y critica el absurdo del comportamiento y de la cultura humana en el planeta. La contaminación ambiental, el consumismo, la fantasía del Sueño Americano, la alienación, la cultura norteamericana del siglo XX, la miseria, la fuerza absurda de la publicidad y el mercado, la estupidez, la literatura, etcétera... nada queda sin ser descripto y criticado, afectado por una prosa en extremo simple pero siempre insidiosa, dirigida a un lector del futuro o extraterrestre. Además, algunas cosas son figuradas con elocuentes dibujos en medio del relato que sirven de escape a la descripción realista y generan sensaciones no solamente literarias, sino pictóricas o iconográficas. Desayuno de campeones es ya un libro de culto y quizá la novela más importante de Vonnegut, un escritor cuya originalidad, erudición y profundidad, no lo alejan de un uso magistral del humor y el asombro.

© LA GACETA

César Di Primio