Con sus 17 años, piensa y actúa con mentalidad de un grande. Nicolás Galván dejó Atlético dispuesto a dar el gran salto como jugador. Sus características lo hacen apetecible para cualquiera pero lo que más le sobresale es su personalidad. En todo eso se fijó Mauricio, su padre, para incluirlo en el equipo superior de San Juan. "Si juego en Primera es por condiciones y no porque el técnico sea mi padre. Quiero dejar en claro que durante la práctica y en los partidos Mauricio es mi técnico y cumplo con cada una de las instrucciones. Afuera del campo es mi padre", dice orgulloso.
El volante central tiene serias pretensiones y mira optimista su futuro. "Quiero ganar algo importante con San Juan. Ojalá pueda obtener el título de campeón. Si no se puede, al menos clasificar para el Torneo del Interior". A la vez aclara su sueño real, motivado por la propuesta "decana" de jugar los torneos de reserva. "Quiero volver a jugar en Atlético. Si hago buena letra en San Juan, tendré chances de ser tenido en cuenta por Diego Erroz", dice.
Para eso, será fundamental que siga implementando su tiro de media distancia, una ejecución que tiene su maestro. "Mi tío Miguel Gallardo es el responsable que yo le pegue bien", admitió.