La movilización comenzó, como cada martes, con la lectura del primer nombre que aparecía en la extensa lista de víctimas de la impunidad que llevaba en sus manos Alberto Lebbos. Y terminó cuando el padre de Paulina pronunció el último nombre, después de haber caminado alrededor de la plaza Independencia.

"Estamos, como desde hace más de siete años, denunciando la brutal violación a los derechos humanos, la impunidad y exigiendo justicia y verdad", vociferó Lebbos frente a la Casa de Gobierno, donde se detuvo la manifestación. Con la mirada puesta en ese edificio, y megáfono en mano, gritó: "hay gente que se hizo millonaria con el crimen de Paulina, que tiene puestos que no puede justificar, que le están pagando por su silencio".

Antes de recordar que el 9 de Julio intentarán acercarse a la presidenta, Cristina Fernández, Lebbos reiteró: "el gran drama es que en siete años no sólo no han investigado sino que han hecho todo tipo de maniobras para que la causa siga impune, los asesinos protegidos y los cómplices también".