Si hay alguien que puede aportar luz realmente en la causa por la muerte de Paulina Lebbos, esa es Virginia Mercado. La joven salteña era una de las mejores amigas de la víctima. Cursaban juntas la carrera de Ciencias de la Comunicación y, lo más importante, según sus dichos fue quien efectivamente estuvo con Paulina la noche del 26 de febrero cuando se vio por última vez con vida a la hija de Alberto Lebbos.

El fiscal Diego López Ávila investiga en este momento una de las hipótesis que se manejan desde el principio en la causa: que Paulina murió durante una fiesta, en Raco o en El Cadillal, que su cuerpo fue ocultado en un freezer en un club ubicado cerca del dique Celestino Gelsi y que luego lo arrojaron en un zanjón a la vera de la ruta 341, en Tapia. El lunes, cuando Lebbos declaró en Tribunales, involucró en el caso a lo que él llamó "los hijos del poder". Tras esto, Gabriel, el hijo del gobernador José Alperovich, y Sergio, hijo de Alberto Kaleñuk, asesor del mandatario y ex jefe de Gendarmería en Tucumán, se pusieron a disposición de la Justicia presentando sendos escritos en Tribunales.

Ayer declaró Luis "El Gordo" Olivera, quien trabaja como cuidador de un club en El Cadillal en el que, según la versión que maneja López Ávila, ocultaron el cuerpo de Paulina. Olivera negó todo esto, dijo que no sabía nada de la causa, que conoce únicamente a Alberto Kaleñuk, y que además aseguró que lo estaban amenazando mediante mensajes telefónicos. 

López Ávila, tras leer el expediente, sabe que una de las personas clave de la investigación es Mercado. La joven, al declarar, hace más de siete años, aseguró que ella y Paulina salieron juntas del boliche en el Abasto en el que habían estado. Y aseguró que tomaron un taxi que la dejó primero a ella en su casa y que luego Paulina siguió en el mismo vehículo hasta la suya. Pero la joven nunca llegó.