¿Cómo es ser vedette en Tucumán? ¿Les exige vivir a toda hora maquilladas, peinadas y vestidas para matar? ¿Qué ventajas y desventajas tiene ser esa imagen que decenas de desconocidos traen a su mente cuando cierran los ojos y se relamen los labios? ¿Cómo reaccionan sus parejas ante eso? ¿Y la sociedad? Los miembros de La Botana (11 mujeres y seis varones) poco se detienen a pensar en eso. Simplemente hacen lo que les gusta. Y lo que saben, claro está.

"Por supuesto que al formar parte del grupo te sentís más popular, ¡a quién no le gusta que lo admiren y le digan cosas lindas! Pero no nos tenemos que olvidar que ese es un efecto que causamos en grupo; individualmente no seríamos tan fuertes. No hay que creérsela. El producto total es lo que vende. Si a mí me pararan sola en un escenario, no podría hacer nada", se sincera María del Carmen Digilio -"Macu" para sus compañeras-, quien forma parte del plantel desde hace más de cuatro años.

Como muchas de las chicas, Digilio entró a La Botana para reemplazar a alguien y luego se quedó. Es un caso similar al de Verónica Ledezma quien, con sus 28 años, se define como "una de las más viejitas". Ella todavía recuerda el preciso instante en que decidió que quería vestir esas mismísimas mallas y plumas. "Magalí Toledo era mi profesora de baile y fui a ver 'Caliente', la obra que presentaban entonces. Ni bien vi al grupo pensé 'quiero estar ahí'; incluso lloré durante todo el espectáculo. Dos años después se abrió un casting para cubrir una ausencia y entré".

Musa y corazón del grupo, Toledo ha crecido en él y lo ha visto evolucionar. "Para muchas personas yo soy Magalí de La Botana, ¡como si fuera un apellido!", se divierte. A su criterio, ellas hacen realidad la fantasía que unifica a todas las mujeres: ponerse un conchero y bajar una escalera. "Toda mujer tiene una vedette escondida, el anhelo de jugar a la chica fatal. Muchas nos dicen 'moriría por ponerme esto', les falta animarse".

La Botana no sólo se ha animado, sino que ha hecho de las plumas su medio de trabajo. Pero no es lo único que hacen. LA GACETA entrevistó a las seis integrantes más antiguas para conocer cuál es lado B de sus vidas, qué hacen cuando desaparecen tras bambalinas. Aquí, sus respuestas.