AMSTERDAM, Holanda.- Momentos después de firmar la abdicación, y bajo un clima de alegría y emoción, los flamantes reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, junto con la princesa Beatriz, salieron a saludar al balcón del Palacio Real ante la multitud congregada en la céntrica Plaza Dam. Con los ojos humedecidos, Beatriz besó al nuevo rey y luego tomó afectuosamente la mano de la argentina como símbolo de la unión entre ambas. Máxima se mantuvo en silencio, a un costado del balcón, pero siempre sonriente.

Pocas horas después de la abdicación de la reina Beatriz, Guillermo Alejandro, ya oficialmente rey de los Países Bajos, prestó juramento y fue investido durante una solemne sesión del Parlamento holandés en la Iglesia Nueva, a pocos metros del Palacio Nacional, ante unos 2.000 asistentes.

En su primer discurso como rey, Guillermo Alejandro, prometió imprimir un sello personal al ejercicio de su cargo y velar por que cada cual en su país "pueda expresar su propia voz". (Reuters-DPA)