BOSTON.- La búsqueda, casa por casa, de un sospechoso del atentado explosivo del lunes paralizó a unos 380.000 habitantes de Boston por prácticamente todo el día de ayer. La ciudad quedó alcanzada por el toque de queda dictado por el Gobierno, con la orden específica a los habitantes de que se encierren en sus viviendas y no les abran las puertas a nadie. El día comenzó con el asesinato de un agente de seguridad en la sede del Massachusetts Institute of Technology (MIT), para después conocerse que el FBI había identificado a dos personas como los atacantes de la maratón de Boston, que causaron tres muertos y más de 175 heridos: los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, de 26 y 19 años respectivamente, de origen checheno y de fe musulmán.

La Policía se enfrentó en la noche del jueves con el mayor de los Tsarnaev, quien murió en un hospital tras un tiroteo en el que recibió una gran cantidad de disparos; además tenía heridas producidas por múltiples esquirlas, ya que detonó un explosivo cuando iba a ser atrapado. En la casa que habitaba se hizo una explosión controlada para ingresar.

La huida de Dzhokhar Tsarnaev mantiene en vilo al país y moviliza a 10.000 policías y fuerzas de seguridad, con helicópteros artillados y efectivos antibombas que escudriñan amplias zonas urbanas. Se cree que el joven tendría explosivos adosados al cuerpo, por lo que la alarma está en el punto máximo.

Los chechenos vivieron la mayor parte de sus vidas lejos de esa república rusa y mostraron pocas señales de tener relación con el extremismo islámico cuando llegaron a EEUU. Tamerlan practicó boxeo amateur y Dzhokhar fue descrito como un alumno poco destacado de un colegio secundario, quien en Internet se mostró devoto del "Islam" y definió a tener una carrera y conseguir dinero como sus "prioridades personales". Estaría huyendo en un auto Honda verde.

Inocentes

Anzor Tsarnaev, padre de los sospechosos, negó que sus hijos sean responsables del ataque y acusó a los servicios secretos estadounidenses de tenderles una trampa por tratarse de "creyentes musulmanes", que "no podían herir ni a una mosca". "¿Por qué mataron a Tamerlan? Tenían que haberlo apresado vivo", afirmó.

El líder rebelde checheno (opuesto a Rusia), Ramzan Kadyrov, advirtió que "cualquier intento de relacionar a los Tsarnaev con Chechenia es inútil", ya que "crecieron en Estados Unidos", que es donde "deben buscarse las raíces del mal". El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se negó a especular sobre relaciones con grupos separatistas. "Terrorismo es terrorismo. Todos debemos mantenernos vigilantes y cooperar a nivel internacional", aseveró. (Reuters-DPA-Télam)

En alerta

FAMILIARES.- Los hermanos Tsarnaev llegaron a Estados Unidos hacía varios años como inmigrantes legales desde la zona del Cáucaso, y ninguno de ellos era conocido como una potencial amenaza. Dos tíos de los sospechosos hablaron con la prensa. "Lo que hicieron es una vergüenza", afirmó Ruslan Tsarni. "No lograron construirse una vida y por eso odiaban a todos los demás. Pide perdón a las víctimas y heridos. ¡Entrégate!", le reclamó a su sobrino por televisión, aunque no lo ve desde 2005. En tanto, Alvi Tsarni, explicó que Tamerlan tenía tendencias extremistas, lo llamó el jueves y le dijo "perdóname". (Reuters-DPA)

MÁXIMA SEGURIDAD.- Boston fue ayer una ciudad ocupada por las fuerzas de seguridad. El transporte público en el área metropolitana fue suspendido y el espacio aéreo fue restringido. Las universidades y las escuelas públicas fueron cerradas. La búsqueda se centró en Watertown, una barriada donde hay una importante población que habla ruso. Desde el inicio de la operación, el presidente, Barack Obama, fue informado constantemente de la evolución de los hechos. (DPA)

EXPLOSIÓN EN TEXAS.- En tanto, en West, Texas, confirmó oficialmente la muerte de 12 personas en la devastadora explosión que destruyó una fábrica de fertilizantes y varias casas cercanas. Todavía hay varias decenas de desaparecidos y numerosos internados en grave estado. (DPA)

PREOCUPACION EN ALEMANIA.- La Policía alemana detonó ayer un paquete sospechoso enviado al presidente, Joachim Gauck, pero todo fue una falsa alarma. (DPA)