"La decisión de sacar el fútbol me costó perder amigos de toda la vida y hasta uno de mis hermanos me retiró el saludo. Fue algo duro, yo jugué siempre en mi club, pero entendí que era necesario para poder crecer", explica Rubén Urueña acerca de aquella determinación que dejó al más popular de los deportes fuera de la grilla de disciplinas que se practicaban en los "azzurros" allá por febrero de 1995.

"Recuerdo que meses antes, era un día sábado y había diversas actividades: patín, inferiores de básquet, un torneo de natación, todos con mucho público alrededor. Y al equipo de fútbol, que jugaba en la B, lo estaban viendo dos hinchas que estaban sentados en la tribuna de la (calle) Rondeau y uno solo en la tribuna de enfrente. El fútbol sólo daba pérdida y yo le propuse sacarlo a mi hermano Edmundo, que era el presidente. Él se oponía", señala después.

Al año siguiente, sucedió a su hermano en la presidencia de la institución e insistió en su postura. "Yo propuse otra vez retirarnos de los torneos de la Liga, la votación terminó seis a seis y yo desempaté", recuerda.

Según el actual titular del club, el panorama varió sustancialmente y da otra razón por la cual hoy tiene una postura distinta: "en 2014 vamos a festejar nuestro centenario. Yo pensaba volver el año próximo, pero se aceleraron los tiempos de la vuelta. Y ya estamos pensando en comprar un terreno de dos hectáreas para construir nuestra nueva cancha de fútbol y otra más de hockey".