BUENOS AIRES.- Son duras las acusaciones que vinculan a Jorge Bergoglio con la dictadura. De hecho, el año pasado, el entonces cardenal primado de la Argentina y obispo de Buenos Aires, tuvo que declarar en la causa Esma por la desaparición de dos sacerdotes en su diócesis. Sin embargo, le salio un defensor de fuste: Adolfo Pérez Esquivel negó dichas vinculaciones. 

En su libro "El Silencio" (2005), el periodista Horacio Verbitsky denunció que Bergoglio -por entonces, provincial de la Compañía de Jesús en la Argentina- le pidió a los padres Orlando Yorio y Francisco Jalics que abandonaran su trabajo pastoral en la barriada donde trabajaba. 

Siempre según la acusación, ante la negativa de los religiosos, Bergoglio se habría comunicado con los militares, para avisarles que Yorio y Jalics ya no contaban con el amparo de la Iglesia, dejándoles así el camino expedito para ser secuestrados.

Bergoglio eligió responder a las acusaciones cinco años después, en abril de 2010, frente a la publicación del libro "El jesuita", de los periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubin.

"Si no hablé en su momento, fue para no hacerle el juego a nadie, no porque tuviese algo que ocultar", afirmó en ese momento. "Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba para abogar por las personas secuestradas. Me movía dentro de mis pocas posibilidades y mi escaso peso", argumentó.

En la larga entrevista que dio vida a la biografía, Bergoglio reveló que se reunió dos veces con el General Jorge Videla. También reconoció que vio dos veces al almirante Emilio Eduardo Massera.

Según consignó el portal BBC Mundo, el activista argentino de los derechos humanos y ganador del premio Nobel de la Paz en 1980, negó que Bergoglio, tuviese vínculos con el régimen militar que gobernó a Argentina entre 1976 y 1983.  

Pérez Esquivel declaró que "hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no". "Se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", añadió Pérez Esquivel. "No hay ningún vínculo que lo relacione con la dictadura", concluyó el activista. LA GACETA