PEKIN, China.- Una historia cruel, que no tiene justificativo. Jian Feng estaba locamente enamorado de su bella esposa hasta que nació el bebé de ambos, una niña que al padre le pareció demasiada fea y que, como no se parecía a ninguno de los dos, el hombre puso en duda la fidelidad de la mujer e incluso su propia maternidad.

“Me casé con ella por amor, pero en cuanto nació nuestra primera hija apareció un problema. Es tan fea que me asustó”, explicó Feng en el sitio Planetivy.

Ante la acusación de infidelidad, la mujer admitió que, antes de su casamiento, se sometió a varias cirugías plásticas para mejorar su apariencia y por las que pagó cerca US$100,000. La noticia salió a la luz en el mes de mayo, pero no se conocía ninguna imagen de la mujer hasta ahora.

Feng interpuso una demanda por engaño y la justicia le acaba de dar la razón. Ahora recibirá una compensación de US$120.000. En las redes sociales, muchos respaldan al hombre. LA GACETA ©