Cuando se escriba la historia de la máxima fiesta hípica del interior del país se dirá que en la edición 2012 Incurable Rebel pudo no haber participado de la competencia de 2.200 metros. La polémica se desató minutos antes de la largada. Según la versión que dio Rubén Campero, propietario del ganador, el veterinario oficial del hipódromo, Gustavo Anan, le pidió que sacara al animal de la carrera, pero eso fue desmentido por el profesional, que justificó su accionar.

"(Anan) se arrimó para decirme que el caballo estaba manco y que así no podía correr. Le dije que iba a competir por mi cuenta y que se preparara para verlo pasar primero por el disco para que lo aplaudiera", contó Campero, cuyas sensaciones viajaron entre la euforia por la victoria y la bronca por la situación que le tocó vivir antes del Gran Premio.

Campero señaló que antes de que se largue la prueba invitó a Anan a que viera trotar a Incurable Rebel cuando saliera al paseo y que allí tomara la decisión.

"Tomó la punta allá por los 1.100 metros y manejó la carrera como lo habíamos planificado. ¿Ustedes creen que si el caballo hubiese estado manco habría ganado la carrera de 2.200 metros? Los resultados están a la vista. Le diría que aprenda de caballos", señaló el propietario.

La otra campana

Distinta fue la versión del veterinario. Anan admitió que observó que el caballo estaba manco, pero aclaró que nunca pidió que se lo sacara de la competencia. "Él me dijo que estaba bien y que siempre pisaba así. Por eso esperamos que saliera a la pista para decidir", le explicó a LA GACETA.

Una vez cumplido ese paso, se despejaron las dudas. "Me arrimé al jockey para preguntarle cómo lo veía al caballo y al darme su visto bueno levanté el pulgar, además de desearle suerte. De ningún modo solicité que el alazán fuera retirado de la prueba como manifestó Campero", aclaró Anan.