Ignacio Pereyra - DPA

LONDRES.- Dolores de estómago, tensión, experiencia y una gran ilusión conviven en Luciana Aymar, que 12 años después vuelve a estar de cara al único logro que le falta en el hockey: el oro olímpico. "Ahora me veo muy diferente respecto de aquella final en Sydney 2000. Igual, todavía no caigo, no me doy cuenta dónde estamos. Una definición olímpica otra vez es increíble", asegura la capitana de las "Leonas". 
La final de hoy ante Holanda será un remolino de sensaciones para Aymar. La mejor jugadora del mundo en siete oportunidades ya anunció su retiro después de los Juegos, donde jugará su última definición olímpica el día que cumplirá 35 años. 
Su anhelo en suelo británico era tener una despedida que estuviera al nivel de los últimos tres Juegos Olímpicos, en los que siempre se colgó una medalla. Hace 12 años, Holanda se impuso en la final y se quedó con el oro en Australia. Ahora las cosas no son iguales para Aymar, que no ve imbatible al equipo naranja, algo que por ejemplo sí sucedía cuatro años atrás. "Tengo otra experiencia, soy mucho más grande, manejo otra madurez... Ojalá se nos dé en la final", se ilusiona y luego contó que antes del partido de semifinales sus compañeras y ella estaban con dolores de estómago. 
Para Aymar será clave dominar la tensión en la final. "Si estamos nerviosas no hay magia y cuando estamos tranquilas aparece el equipo. Lo más duro ya lo hicimos, ahora hay que soltarse", dice. 
La idea de abandonar el hockey está en su cabeza desde hace varios años. Pero queda un capítulo más. Aymar quiere ratificar eso que la llevó a jugar al máximo nivel durante más de 12 años: "siempre busqué ser diferente. Miraba todos los videos de Diego (Maradona), era fanática. Quería hacer lo que hacía él: ganar mundiales y Juegos Olímpicos, ser alguien, ser distinta".