Para olvidar rápido la frustración vivida junto a la selección de Portugal, el delantero Cristiano Ronaldo y su novia Irina Shayk eligieron la Costa Azul para liberar stress durante el verano europeo. La pareja, una de las más mediáticas del mundo deportivo, estuvo acompañada por el hijo del portugués que juega en Real Madrid. Distendidos, CR7 y la súper modelo rusa pasearon en yate, se dieron varios chapuzones en el Mediterráneo y hasta tomaron sol en la paradisíaca St. Tropez, uno de los destinos turísticos más exclusivos de la Rivera Francesa. Lejos de los flashes, se mostraron enamorados. A pesar de los intentos por pasar desapercibidos, los tórtolos fueron descubiertos por los paparazzis de la edición portuguesa de "Revista Caras", quienes echaron por tierra los rumores que señalaban que Ronaldo y Shayk se encontraban de vacaciones en New York. LA GACETA ©