El que diga que la magia del circo está muerta y enterrada no sabe en realidad de lo que está hablando. Ni muerto, ni mucho menos enterrado: el circo sigue atrayendo multitudes. Y Tucumán es uno de los destinos predilectos de estos artistas transhumantes que recorren el mundo con sus carpas, artistas y animales a cuestas.
Ubicado en la autopista Wenceslao Posse y avenida Benjamín Aráoz (frente a la Terminal de Ómnibus, por el parque 9 de Julio), el Circo de los Hermanos Medina hará su debut hoy a las 21 con una función en la que presentará sus números más coloridos y asombrosos.
"Este es uno de los pocos circos familiares que quedan. Venimos con esto desde nuestros bisabuelos. Mi abuelo, mi padre, yo y ahora mi hijo, vivimos bajo la carpa del circo", cuenta Héctor Ramón Medina. Cada miembro de la familia tiene roles determinados y espectáculos propios. Unos son malabaristas, otros trabajan con el globo de la muerte y otros hacen de payasos. En este circo, según comenta Medina, cada uno va buscando su lugar de acuerdo con las habilidades que tiene. "Así, el más chico hace de payaso y su hija hace ancla en el aire y hasta sale de bailarina en uno de los números", agrega.
Uno de los hijos, el mayor, siguió estudios universitarios, pero terminó regresando a la carpa. "Esto es una tradición para todos nosotros. Nos tira mucho", cuenta Medina. Hoy son 14 integrantes de una familia que vive para y en el circo. Los tucumanos tendrán la posibilidad de disfrutarlos durante todo el mes. Vacaciones incluídas, por supuesto.
Estilo tradicional
El espectáculo más peligroso del circo es, sin dudas, la esfera de la muerte. En ella, valientes malabaristas montados en motociclistas realizan las más osadas vueltas y las más peligrosas piruetas, que desafían en todo momento las leyes de gravedad.
Otro de los espectáculos que atrapa al público es el de las acrobacias en las alturas de la carpa. Trapecistas que no conocen el miedo, muchos de ellos de muy corta edad, realizan incluso coreografías con telas que dejan a la platea con la boca abierta.
Los cuadros cómicos están a cargo de los payasos, quienes también trabajan con animales.
Según Médina, este es un circo tradicional. Tiene un locutor que es el que va dando ánimo a los artistas y va relatando cada uno de los cuadros que se realizan en la pista.